NACIONES UNIDAS, febrero 27.— El embajador Oscar León, encargado de Negocios de la Misión Permanente de Cuba ante Naciones Unidas, afirmó que Estados Unidos incumple sus obligaciones como país anfitrión de la ONU y obstaculiza la participación de delegaciones oficiales de países miembros, incluidas las de la Isla, en eventos de la organización.
El diplomático recalcó que no existe fundamento legal que ampare las restricciones y prohibiciones impuestas por Estados Unidos al acceso a la ONU, y pidió que el Comité de Relaciones con el País Anfitrión y Naciones Unidas favorezcan una solución legal a los incumplimientos de Estados Unidos.
Tales violaciones de Washington irrespetan las disposiciones de la Carta de Naciones Unidas, la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, el Acuerdo de las Naciones Unidas sobre privilegios e inmunidades, el Acuerdo de Sede y las recomendaciones adoptadas durante años en los informes del Comité, añadió León, según recoge Prensa Latina.
Cuba, explicó el encargado de Negocios, ha visto afectada su participación en reuniones de representantes y expertos debido a la no emisión o dilación de los visados y en septiembre de 2019 sufrió la expulsión de dos de sus diplomáticos acreditados ante la ONU.
Igualmente, denunció que la delegación de la Isla resiste los maltratos a los que son sometidos sus correos diplomáticos en esta sede. A los funcionarios y personal diplomático acreditados por La Habana se les imponen medidas de restricción.
De tal forma, continuó el Embajador, los integrantes de la misión cubana en la ONU solo pueden moverse dentro de la isla de Manhattan, lo cual entorpece el desenvolvimiento de sus funciones y afecta las condiciones de vida de ellos y sus familiares.
El Embajador afirmó que Estados Unidos no puede continuar utilizando impunemente su condición de país anfitrión para aplicar selectiva y arbitrariamente el Acuerdo de Sede en función de su agenda política e impedir que determinadas naciones cumplan plenamente con sus funciones como miembros de la ONU.
Con esa política arbitraria, selectiva y discriminatoria — subrayó León—, Washington afecta deliberadamente el funcionamiento pleno y eficaz de las Naciones Unidas, así como atenta contra el multilateralismo.