El presidente cubano visitó la Catedral del Cristo Salvador, el templo ortodoxo más relevante de Moscú. Más alto entre sus iguales de todo el mundo, es una típica construcción de estilo neoruso y arquitectura bizantina. Consagrada por primera vez en 1883, fue demolida en 1931 y reconstruida en la segunda mitad de los años 1990. Autor: Estudios Revolución Publicado: 30/10/2019 | 08:36 pm
Moscú.— Sostener una «entrevista intensa e interesante» fue la propuesta que le hizo Kirill, Patriarca de Moscú y de toda Rusia, al presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Y así fue. Pero observándolos dialogar, para este redactor representó algo más: fue un encuentro cálido y familiar.
El Jefe de Estado llegó la mañana de este miércoles (hora local) a la residencia del guía de la iglesia ortodoxa rusa, el monasterio Danilov, en medio de una preciosa imagen rusa: nevaba y empezaban a cubrirse de un color blanco esponjoso los pinos y cipreses, con sus ramas verdes, y los abedules, ahora deshojados hasta la primavera.
«Me alegra volverlo a saludar. Cada reunión en Cuba o Moscú es una alegría, y siempre tenemos temas para debatir», señaló el venerable anciano al dirigente cubano, quien más tarde le respondería: «conversar con usted siempre es una oportunidad de aprender». «No podíamos irnos de Moscú sin reunirnos con usted», le diría también.
El Patriarca ruso expresó sentirse dichoso por los permanentes lazos de amistad entre los pueblos ruso y cubano; y satisfecho por su vínculo personal con la nación caribeña, la que visitó —decía recordando los detalles año por año— en 1998, en 2004, en 2008 y en 2016. Narró sus encuentros con Fidel, como el día «en que conocí a su familia y me habló mucho de lo que pasaba antes en Cuba y de las luchas de liberación».
En esa ocasión le pregunté —continuó relatando— por la posibilidad de construir una iglesia ortodoxa rusa en el país, porque allí no había; y entonces llamó a Eusebio Leal (Historiador de La Habana) para hablar sobre el asunto.
«Luego me diría que iba a ser el pueblo cubano quien construyera el templo».
Kirill también habló de forma entrañable de Raúl y volvió a recordar la organización en La Habana en 2016, en el aeropuerto internacional José Martí —«en territorio neutral», definiría— del histórico encuentro entre él, como Patriarca de Moscú y de toda Rusia, y el Papa Francisco.
A propósito, y después de las palabras de bienvenida e introducción del dignatario religioso —que fue el primero en discursar—, Díaz-Canel le señaló que era portador de un saludo del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba. «Raúl recuerda siempre con mucho afecto los encuentros que ha tenido con usted».
La conversación entre Kirill y Díaz-Canel empezó, no obstante, hablando de la nueva Constitución de la República de Cuba, proceso por el que se interesó el religioso ruso, quien sentenció la relevancia de esta para que la Isla amplíe sus posibilidades de desarrollo económico y se dote de un sistema más sólido de gobernación.
Kirill también indicó sentir alegría por el proceso de actualización económica y social que se lleva a cabo y llamó a tener siempre presente el pasado heroico de Cuba en su lucha por la independencia nacional.
El Presidente cubano le explicó al Patriarca el proceso de elaboración y discusión popular que se desarrolló en Cuba para finalmente aprobar en referendo la nueva Constitución de la República, así como los actuales esfuerzos legislativos para emitir las leyes que la apoyan.
Sobre la actualidad del país, le informó que en Cuba se está produciendo un proceso ordenado, sin traumas, dirigido por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, donde una nueva generación está asumiendo las responsabilidades.
Es una generación que hemos llamado —señaló Díaz-Canel— la de la continuidad, pero una continuidad dialéctica, no estática, que tiene como base ser fieles a la Revolución cubana, a la generación histórica y a nuestra historia e identidad; al mismo tiempo —agregó— trabajamos por que las nuevas generaciones también asuman ese legado por convicción.