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Trump, el sabio, deja una guerra ridícula

Las expresiones del mandatario norteamericano se producen a raíz del anuncio de que su país retira todo el apoyo militar y económico a las milicias kurdas en la frontera de Siria con Turquía y de su acotación de que el grupo terrorista Estado Islámico está completamente derrotado… por Estados Unidos

Autor:

Enrique Milanés León

Los europeos «piensan, como de costumbre, que Estados Unidos es el imbécil, en la OTAN, en comercio, en todo», se quejó el presidente Donald Trump, pero a seguidas tuiteó una de esas frases que pone a pensar a más de uno en la pertinencia de la sospecha: «Si Turquía hace algo que yo, en mi gran sabiduría sin igual, considere que es demasiado, destruiré totalmente su economía».

Las expresiones se producen a raíz del anuncio del mandatario norteamericano de que su país retira todo el apoyo militar y económico a las milicias kurdas en la frontera de Siria con Turquía y de su acotación de que el grupo terrorista Estado Islámico está completamente derrotado… por Estados Unidos.

«Nos quedamos y nos fuimos metiendo cada vez más profundo en la batalla sin objetivo a la vista. Cuando llegué a Washington, el Estado Islámico andaba a sus anchas por la zona. Derrotamos rápidamente al 100 por ciento del califato», afirmó tras advertir que las fuerzas de su país llegaron a Siria «por 30 días» y estuvieron muchos años.

Ni un impeachment en progreso da dignidad a su discurso. Por lo que relata la peculiar narrativa de Trump, ha llegado el momento de que su sagrada nación salga de esa guerra indigna: «Los kurdos combatieron con nosotros, pero recibieron enormes cantidades de dinero y de equipamiento para hacerlo. Ellos han estado peleando contra Turquía durante décadas. Yo aguanté esta pelea por casi tres años, pero es hora de salir de esas ridículas guerras interminables, muchas de ellas tribales, y traer a nuestros soldados a casa», dijo.

Además, anunció que el Ejército de su país combatirá donde sea, «para nuestro beneficio y solo para ganar».

Con pretendida sapiencia, el jefe de la Casa Blanca orientó tareas a otros: «Turquía, Europa, Irán, Irak, Rusia y los kurdos tendrán que resolver la situación y decidir qué quieren hacer con los combatientes de Estado Islámico en su “vecindario”. Todos ellos lo odian, han sido enemigos durante años. ¡Nosotros estamos a más de 11 000 kilómetros de distancia y lo aplastaremos de nuevo si vuelve a acercársenos!», indicó.

Trump reprochó a Europa —y de ahí brotó su casi autobiográfica frase sobre la imbecilidad— que no acepte el regreso de miles de combatientes europeos de Estado Islámico y pretenda que Estados Unidos los encierre en sus cárceles «a un costo tremendo».

Lo cierto y lo serio, porque hay mucho de ello aunque la expresión del inicio sugiera lo contrario, es que medios turcos reportaron el comienzo del retiro de tropas yanquis en el noreste de Siria y que el mismísimo presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, informó que Ankara prepara, para los próximos días, una operación al este del Éufrates para expulsar de la frontera a las fuerzas kurdosirias, crear una zona de seguridad y alojar allí a los refugiados sirios que de momento se encuentran en Turquía.

«Es absolutamente imposible para nosotros tolerar más las amenazas de estos grupos terroristas», ha comentado Erdogan sobre las fuerzas kurdas, que Ankara considera terroristas.

Para enfrentarlas, Turquía envió tropas adicionales a la frontera con Siria, lo que ha despertado otras alarmas. Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) —alianza de milicias árabes y kurdas que controlan el noreste de Siria— advirtieron que una intervención militar turca echaría por tierra sus operaciones para eliminar los últimos focos de resistencia del grupo terrorista.

El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró que Rusia espera que Turquía respete la soberanía e integridad territorial siria, al tiempo que, en Washington, políticos republicanos ven la movida de Trump de abandonar a sus exaliados kurdos como una traición que sembrará dudas acerca de la confianza en Estados Unidos como aliado internacional.

Recep Tayyip Erdogan —que habló por teléfono, sobre Siria, con su par norteamericano y tal vez tuvo el privilegio de escuchar una de estas frases en voz de su autor— anunció que en noviembre irá a la Casa Blanca. En Estados Unidos pretende dialogar sobre la adquisición de cazas F-35, pero sería mejor que calibre bien los límites del diálogo, porque, lo mismo que en la ofensiva terrestre, si algo del tanteo verbal le parece demasiado a Donald Trump, puede que le dé por destruir totalmente la economía turca. Nadie sabe qué puede surgir de su gran sabiduría sin igual.

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