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Asesinan a un indigenista que protegía a las tribus en la Amazonía

«Hay indicios de que el crimen fue en represalia por sus acciones en la lucha contra las actividades ilícitas», señala la asociación Indigenistas Asociados.

 

Autores:

Juana Carrasco Martín
Juventud Rebelde

AMAZONAS, Tabatinga, Brasil, septiembre 9.— Un colaborador de la Fundación Nacional del Indio (Funai), Maxciel Pereira dos Santos, fue asesinado con dos tiros en la nuca en la ciudad de Tabatinga, en el estado brasileño de Amazonas, cerca de la frontera con Perú y Colombia.

«Fue asesinado a sangre fría en una concurrida avenida y delante de su familia», denuncia la asociación Indigenistas Asociados (INA), compuesta por trabajadores de la Funai, organización gubernamental encargada de promover y proteger los derechos de los pueblos indígenas, reportó RT.

Al parecer, en el momento del asesinato, Santos conducía una motocicleta y su mujer e hijastra presenciaron su muerte. «Hay indicios de que este crimen bárbaro ocurrió en represalia por sus acciones en la lucha contra las prácticas ilícitas dentro de Tierra Indígena», indica INA.

Santos llevaba 12 años trabajando en Tierra Indígena Vale do Javari, donde vive el mayor número de indios aislados del mundo y que, según la asociación, desde el año pasado ha sido atacada «en no menos de cuatro ocasiones». «Es un objetivo permanente de las organizaciones criminales dedicadas a la explotación ilegal de caza, pesca, madera y oro», apunta la asociación.

La víctima, que había sido durante cinco años jefe del Servicio de Gestión Ambiental y Territorial, coordinaba en la actualidad la unidad del Frente de Protección Etnoambiental de Vale do Javari, que se encarga de acciones de vigilancia e inspección.

Santos trabajaba principalmente en la base instalada en los ríos Itacoaí-Ituí, a unos 40 kilómetros de la ciudad de Atalaia, según el diario Folha de S. Paulo. El objetivo de la base es impedir la entrada de invasores a la reserva indígena, que cuenta con más de 8,5 millones de hectáreas y donde viven cerca de 5 000 indios de siete etnias diferentes y más de diez grupos aislados.

El último ataque fue el pasado 19 de julio, cuando cazadores clandestinos dispararon contra la base en la que se encontraban 12 trabajadores del Funai. Ninguno resultó herido.

INA advierte que los defensores de las tierras indígenas actúan «en condiciones precarias e insuficientes». «Cada vez están más amenazados y vulnerables», explica la asociación, que pide «protección» a las autoridades. La Policía está investigando si el asesinato está relacionado con los trabajos de Santos en la Funai, agrega RT.

El crimen se produce cuando se mantienen los incendios de la Amazonía que son «potencialmente genocidas» para sus tribus indígenas.

A finales de agosto, la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña (COIAB) expresó en un comunicado su preocupación por el peligro que los incendios que afectan a la Amazonia suponen para los pobladores indígenas de la región.

El texto difundido señalaba que «los incendios están destruyendo los bosques restantes en estas regiones, espacios vitales para la supervivencia» de las tribus locales, y alerta sobre el hecho de que las personas afectadas «pueden estar en proceso de huida y sufriendo violencia estructural debido a las altas tasas de deforestación y fuego».

Otro movimiento global en favor de los pueblos indígenas, Survival, también ha llamado la atención sobre la gravedad de esta amenaza que se cierne sobre las tribus indígenas no contactadas que habitan las áreas arrasadas por el fuego.

En su propio comunicado, esta organización revela que «indígenas locales han relatado que los madereros que provocaron los incendios están fuertemente armados y que están tratando de impedir que los bomberos accedan al lugar para combatir las llamas», y recuerda que «los pueblos indígenas aislados se enfrentan a una catástrofe a menos que su tierra sea protegida».

«Estos incendios no son solamente una catástrofe medioambiental, sino que también son potencialmente genocidas», aseguran desde la dirección internacional de Survival, que acusa al presidente brasileño Jair Bolsonaro de estar «firmando una sentencia de muerte para los pueblos indígenas no contactados» al «incitar a ganaderos y madereros a prender fuego a la selva».

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