Fidel y Agostinho Neto en la Isla de la Juventud, en 1976. Foto: Liborio Noval Autor: Liborio Noval Publicado: 01/07/2019 | 04:13 pm
En abril de este año, en Luanda, la XIV sesión de la Comisión Mixta Intergubernamental Cuba-Angola miraba al futuro, con vistas a una cooperación y apoyo mutuo para el desarrollo que podría abarcar 22 sectores de la estructura económica y social de ambos países.
A partir de este lunes 1ro. de julio, con la llegada a La Habana, en visita oficial, del presidente de la República de Angola, Joao Lourenzo, quedarán expuestas las potencialidades de nuestras naciones y la voluntad de definir planes que nos permitan sortear un escenario internacional que evidentemente se hace cada vez más complejo y adverso, evaluar el estado de la colaboración, profundizar el intercambio e identificar las nuevas áreas que pudieran sumarse a una colaboración fructífera.
Se trata, al mismo tiempo, de mucho más que el beneficio socioeconómico mutuo que pudiera derivarse del próximo encuentro entre las más altas autoridades angoleñas y cubanas, es mantener, reforzar y consolidar las relaciones históricas que unen a nuestros dos pueblos, las que de hecho preceden a las relaciones diplomáticas que nacieron el 11 de noviembre de 1975 y forjamos en la lucha por la independencia y en defensa de la soberanía del país africano.
Por más de cuatro décadas hemos desarrollado vínculos de cooperación en sectores como salud, construcción, educación, defensa, ciencia y tecnología, energía, agricultura y aguas; y en la actualidad más de 2 000 colaboradores cubanos extienden su labor en las 18 provincias de Angola.
Los sectores de educación, salud y construcción son los más favorecidos por este nexo solidario, en el que también debemos incluir más de 10 000 profesionales de esa nación africana graduados en Cuba y los 2 180 estudiantes actuales. Una de las actividades del presidente Joao Lourenzo durante su estancia en Cuba será el encuentro con los jóvenes angoleños de la ELAM, la Escuela Latinoamericana de Medicina.
En el pasado mes de diciembre, médicos cubanos y angoleños reunidos en Luanda durante la primera jornada nacional de salud Angola-Cuba 2018, renovaron su compromiso con la investigación científica en función de la atención al paciente, y acordaron darle continuidad a esa importante cita en 2019.
Ese fue el retó presentado en el encuentro por el viceministro de Salud José da Cunha, formado como galeno en Cuba, en 1982, quien pidió entonces multiplicar esfuerzos en temas como el combate a la malaria, la atención estomatológica y oftalmológica, y la lucha contra la diabetes, que centraron parte de los debates entre el personal de la salud proveniente no solo de Luanda, sino también de Huambo, Bengo, Cuanza Norte, Cuanza Sur, Zaire, Uíge y Benguela.
La colaboración se cuantificaba y entre los números de enero a noviembre de 2018, el coordinador de la misión médica cubana, José Luis Aparicio, destacó que se atendió 1 477 000 casos, incluidos casi 32 000 nacimientos, y se salvaron 46 900 vidas.
Si bien la colaboración médica es quizá la más conocida y reconocida, la potencialidades pueden tener expresión efectiva en la cooperación cubana en los distintos ejes del Plan de Desarrollo Nacional 2018-2022, especialmente en educación, desarrollo de recursos humanos, asistencia y protección social, vivienda, cultura y deportes.
También la Comisión Mixta Intergubernamental del pasado abril llamó a un trabajo conjunto para garantizar la presencia de empresas angoleñas en la Isla, donde se favorece la inversión extranjera en los planes de desarrollo hasta el año 2030, lo cual implicaría ampliar las relaciones entre las respectivas Cámaras de Comercio y las empresas. Se prevé una visita del presidente Lourenzo a la Zona de Desarrollo Especial Mariel.
Estos son los nuevos escenarios en los cuales Cuba y Angola pueden escribir una historia conjunta, tal y como la tenacidad del Comandante en Jefe Fidel Castro y del presidente Agostinho Neto propició la declaración de independencia nacional y la institución de los nexos entre nuestros dos países hace 44 años.
Entonces, las páginas escritas fueron historias de heroísmo conjunto con la participación de Cuba con hombres y recursos de guerra en la liberación de la nación africana, cuando despertaba como nación independiente de la metrópoli portuguesa que, fundamentalmente el régimen sudafricano del apartheid y otras fuerzas imperiales intentaron subvertir.
Cuba no olvidará jamás a los más de 400 000 de sus hijos que participaron en una proeza solidaria y militar que nos hizo conocer nombres como Cabinda, Quifangondo, Los Morros, Ruacaná, Calueque, Sumbe, Cangamba, Cuito Cuanavale...
En 2019, siguen siendo premisas las palabras pronunciadas en Luanda, el 10 de diciembre de 1977, por Raúl Castro: «Los pueblos de Angola y Cuba son hermanos en todos los aspectos y por tal motivo siempre estaremos uno al lado del otro (...). En los tiempos buenos, en los tiempos malos, y para siempre. ¡Nos llevaremos solamente la amistad indestructible de este gran pueblo, y los restos de nuestros muertos!».
Esa amistad sigue siendo indestructible, la protegen nuestros muertos; pero hoy se expresa en un escenario internacional competitivo y exigente, en el cual urge contribuir al desarrollo sostenible de los dos países, transmitir conocimientos y experiencias y, sobre todo, cumplir y ampliar los acuerdos que nos unen.