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Volomir Zaleski celebra su triunfo. Autor: Reuters Publicado: 23/04/2019 | 08:04 pm
«Miradnos, todo es posible», fueron las palabras de Volodimir Zelenski al saberse ganador de las elecciones presidenciales en Ucrania. Y la frase no podría ser más certera: hace un año atrás nadie podría imaginar que el comediante venciera al mandatario saliente, Petro Poroshenko, y —por si esto fuera poco— con más de dos tercios de los votos.
Aunque los datos finales no están todavía disponibles, la Comisión Electoral Central había escrutado este lunes el 95 por ciento de los votos y los resultados son casi definitivos. El actor se impuso en la segunda vuelta con 73,1 puntos porcentuales frente al 24,5 que alcanzó Poroshenko.
Por lo que Ucrania ya cuenta con su sexto presidente, el más joven de su historia, con 41 años de edad, y probablemente el más inexperto; sin embargo, ya tiene en su arsenal político la mayor victoria electoral desde su Constitución en 1991, luego del desmembramiento de la Unión Soviética.
«Yo soy el resultado de sus errores», le dijo Zelenski a Poroshenko el viernes pasado en el estadio olímpico de Kiev, una afirmación que parece coincidir con el criterio de expertos. No obstante, para otros muchos el caso Ucrania es otro ejemplo del desmadre generalizado en la política «tradicional», que le abre las puertas, a su vez, a un nuevo tipo de político, los llamados outsiders, con poca experiencia y nuevas formas de comunicar. ¿Los resultados? Pueden ser insospechados o no, más de lo mismo.
Zelenski prometió que su prioridad «número uno», tras asumir en el cargo, será poner fin a la guerra entre el Ejército ucraniano y las milicias prorrusas en el este del país. También ha abogado por reformar el proceso de arreglo basado en los Acuerdos de paz de Minsk de febrero de 2015, y ha apostado por un nuevo formato de negociaciones que incluya a Rusia y a los países occidentales. Aseguró que permanecerá en el poder solo un mandato.
Pero antes tendrá que formar un equipo de Gobierno y tomar decisiones a pesar de que carece de mayoría parlamentaria, y por carecer, prácticamente, hasta de partido.
Se prevén tiempos de inestabilidad política para Ucrania. Las elecciones legislativas serán el 27 de octubre y el propio Poroshenko, quien reconoció pronto su derrota (no le quedaban apenas alternativas al respecto), ya se vislumbra como líder opositor.
Sin muchas modestias al respecto, el mandatario saliente dijo que «como uno de los líderes políticos clave de Ucrania seguiré sirviendo a Ucrania y continuaré defendiendo la integración en la Unión Europea y la OTAN, la descentralización, la seguridad y las reformas contra la corrupción».
«Quiero enfatizar —recalcó a la prensa— que el nuevo presidente tendrá una fuerte oposición, una muy fuerte».
Por lo tanto, para el comediante llegar a la presidencia es solo el comienzo. En su curriculum vitae cuenta como experiencia previa su personaje en la popular serie ucraniana El siervo del pueblo, en la que interpreta a un profesor de historia que llega inesperadamente a la presidencia del país. ¿Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia?
