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Cataluña: el expresidente es presidente y otros dilemas

Luego del tsunami político del viernes, Carles Puigdemont llama a la resistencia pacífica e insinúa la presencia de poderes paralelos

Autor:

Juventud Rebelde

BARCELONA, octubre 28.— En medio de una confusión que deja pequeño el surrealismo previo, el destituido presidente autonómico Carles Puigdemont llamó este sábado a resistir pacíficamente ante la toma de control de Cataluña por el Gobierno español tras la declaración de independencia en el Parlamento regional un día antes.

«Seguiremos trabajando para construir un país libre», afirmó Puigdemont en un discurso televisado a menos de 24 horas después de la declaración de independencia que agudizó una crisis de proporciones inusitadas en décadas.

AFP reportó que en la sede del Gobierno catalán, el palacio de la Generalitat, en Barcelona, frente al que miles de personas celebraron el viernes la declaración de independencia, ondeaba este sábado la bandera española.

Nadie del destituido Gobierno regional —o de la República,  según los independentistas— se había pronunciado hasta el discurso de Puigdemont, quien dijo tener claro que la mejor manera de defender las conquistas «es la oposición democrática a la aplicación del artículo 155» de la Constitución, que permitió al presidente Mariano Rajoy tomar el control de la administración regional.

El discurso lleva la firma de Puigdemont como «presidente de la Generalitat de Cataluña». Y en su intervención estuvo flanqueado por una bandera catalana y otra de la Unión Europea (UE), bloque que ha rechazado la declaración.

Es elevado el riesgo de un poder paralelo en Cataluña. «En este momento tenemos dos legalidades coexistiendo», afirmó a la AFP Jaume Alonso, abogado de Puigdemont. En todo caso, el líder catalán puede ser acusado de rebelión, delito penado con hasta 30 años de prisión. Del lado del Gobierno español, la visión es muy distinta: «Existe una legalidad y una invención», señaló una fuente del departamento de la presidencia.

Pese a las destituciones anunciadas el viernes por Rajoy —a las que sumó este sábado la del mayor Josep Lluis Trapero, de los Mossos d’Esquadra—, ni los compañeros de Gobierno de Puigdemont ni los diputados independentistas que declararon la secesión dan indicios de abandonar sus cargos.

Los reportes de prensa refieren la alta tensión reinante. La contención de las partes se antoja complicada por la controversia tanto entre España y Cataluña como al interior de la segunda y porque mientras los independentistas llaman a defender las instituciones de la «República» ante la intervención del Gobierno español, este persigue vaciar de todo poder a persistentes funcionarios de línea separatista establecidos en Cataluña hasta el viernes.

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