NACIONES UNIDAS, septiembre 5.— El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, advirtió este martes que solo una salida política es viable para desactivar el conflicto en torno a la República Popular Democrática de Corea (RPDC) y su programa nuclear.
El diplomático enfatizó que una confrontación militar traería consecuencias catastróficas para la región y el resto del mundo, reportó Prensa Latina.
Guterres condenó la sexta prueba nuclear realizada el domingo por la RPDC, país que la justificó como su derecho a defenderse de la agresividad de Estados Unidos, que mantiene casi 40 000 efectivos en el sur de la península, donde ejecuta sistemáticas maniobras bélicas.
El alto funcionario se declaró listo para apoyar las negociaciones destinadas a desactivar la peligrosa situación y advirtió que para el triunfo del diálogo se requiere voluntad política y compromiso de las partes.
La tensión aumentó después que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, despachó hacia esa región asiática a su secretario de Defensa, Jim Mattis, para que advirtiera de una «respuesta militar masiva» si Pyongyang prosigue sus ensayos nucleares, indicó AP.
Por otra parte, Trump insinuó en una llamada con el líder japonés que Estados Unidos podría incluso desplegar su propio arsenal nuclear.
Sin embargo, con el paso de los años las opciones militares se han mostrado impracticables, debido a las posibilidades de Corea del Norte para ripostar una agresión norteamericana, mediante un ataque a las tropas que Washington mantiene en Corea del Sur.
El fracaso de todas las sanciones impuestas a la RPDC para disuadirla de su programa nuclear revela, al propio tiempo, la inutilidad de las amenazas de guerra.
Analistas de la seguridad nacional en Estados Unidos admiten que tal vez ha llegado el momento de abandonar el reclamo de «desnuclearización» y aceptar a Corea del Norte en el «club nuclear», según un informe difundido este martes por AP.
La RPDC afirmó que la prueba del domingo, la sexta desde 2006, era una bomba de hidrógeno diseñada para ser montada en sus nuevos misiles balísticos intercontinentales.
China y Rusia, miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU con derecho a veto, han instado a un retorno inmediato a las conversaciones, basadas en la suspensión por parte de Estados Unidos de ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur, a cambio de que Pyongyang detenga el desarrollo de armas.
No obstante, Trump anunció este martes que autorizó la venta a Corea del Sur y Japón de «una cantidad sustancialmente mayor de equipo militar altamente sofisticado», según fuentes de la Casa Blanca «valorados en varios miles de millones de dólares».