EL Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) acordaron y dieron a conocer este viernes la metodología y los protocolos que se seguirán para la implementación y puesta en funcionamiento del cese al fuego bilateral y definitivo y la dejación de las armas, que concreta los acuerdos que fueron firmados por ambas delegaciones el pasado 23 de junio.
Con la rúbrica de los jefes de delegaciones en los diálogos de paz y de las naciones garantes, Cuba y Noruega, quedó sellado el documento que se anexará al acuerdo final para el fin del conflicto que adelantan las partes.
Este anuncio constituye una nueva y real señal de que se ha logrado consenso en temas de gran importancia y demuestra que la paz está realmente cerca, afirmó el jefe del grupo gubernamental, Humberto de la Calle.
Ahora se cuenta con un plan muy detallado con fechas concretas y procedimientos exactos pactado a través de 36 normas que regirán el funcionamiento de las 23 zonas veredales y los ocho campamentos en los que se concentrará la guerrilla para entregar sus armas y pasar a la vida civil, una vez que se firme el acuerdo final.
Estas zonas veredales y campamentos fueron consensuados por las partes para la concentración de los guerrilleros durante la etapa entre el cese el fuego y el tránsito de la insurgencia.
Este proceso se hará de manera transparente y segura ya que contará con un sistema de monitoreo y control durante los siete días de la semana, las 24 horas del día, que llevará a cabo un grupo compuesto por el Ejecutivo, la insurgencia y una misión observadora de Naciones Unidas.
Esta organización internacional podrá entregar reportes con recomendaciones en caso de que se presenten incidentes y protegerá los compromisos en las conductas y normas que se seguirán para no afectar a la población civil.
De La Calle reconoció que, a través de los protocolos firmados, la insurgencia se compromete a entregar de manera escalonada a los verificadores internacionales las armas y explosivos en su poder, en primera instancia, las de fabricación artesanal por su alto grado de inseguridad y peligrosidad.
Todo el armamento en general será recolectado, almacenado y fundido para hacer tres monumentos alegóricos a la paz en Colombia, un proceso también liderado por la ONU.
Ciento ochenta días después de la firma de la paz y entrada en vigor del cese el fuego, se habrá completado el tan añorado desarme.
Otra parte de los protocolos anunciados apunta que las FARC-EP designarán a un grupo de 60 integrantes que podrán movilizarse a nivel nacional para tareas relacionadas con el acuerdo de paz; además de nombrar a otros diez miembros que podrán movilizarse a nivel municipal con el mismo fin.
Las partes también anunciaron que la próxima semana realizarán, junto a la ONU y al Comité Internacional de la Cruz Roja, una visita de reconocimiento de carácter técnico para ubicar y delimitar las zonas de estacionamiento de los guerrilleros.
El jefe de la delegación insurgente en las conversaciones, Iván Márquez, apuntó que se encuentran listos los guerrilleros para comenzar el proceso. La labor conjunta de las partes —añadió— muestra el deseo franco por alcanzar la paz.
Desde Colombia, el presidente Juan Manuel Santos celebró el anuncio y lo calificó como una «noticia muy importante» con la que se hace latente el fin del conflicto. «Ya están los protocolos establecidos, cada paso que se va a tomar para poder entregar esas armas y poder tomar ese paso», concluyó.