Iván Márquez. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 06:34 pm
La historia de Colombia y de la región latinoamericana acogió el 23 de junio de 2016 como una fecha para la paz. Un día imprescindible en la vida de todos colombianos que, desde hace más de cinco décadas, ha vivido la violencia de la guerra.
El Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) están cada día más cerca del tan añorado fin de las hostilidades.
En conferencia de prensa, el jefe de la delegación de paz de la insurgencia, Iván Márquez, comentó que para el progreso en este sentido es imprescindible que ambas partes busquen las salidas definitivas a las «enredaderas jurídicas», y añadió que la paz es una decisión política y la «no repetición debe ser una obligación moral».
Medular para el proceso ha sido el tema del paramilitarismo, un fenómeno que está en la raíz y en la naturaleza de esta guerra. Si queremos acabarla tiene que ser con ese problema totalmente resuelto, según afirmó el guerrillero Pablo Catatumbo.
Todo lo alcanzado hasta ahora, dijo, puede fracasar si no se desmontan las estructuras paramilitares y se promueven leyes que las combatan. Ahora, recalcó, no existe el paramilitarismo como delito.
El sitio donde se firmaría la paz definitiva viene a ser ahora un punto discordante entre las partes. El jueves, el presidente Juan Manuel Santos adelantó que la rúbrica sería en Colombia, pero el Jefe insurgente Iván Márquez apuntó en esta ocasión, que desean que la rúbrica tenga lugar en La Habana: «Esa es una posición de justicia».
Agregó el jefe guerrillero que Cuba y Noruega, países garantes del proceso, «han sido muy importantes en este trabajo que hemos adelantado durante todo este tiempo. Cuba ha ayudado mucho a solucionar problemas y consideramos que es aquí, en La Habana, donde debemos firmar este acuerdo», apuntó.
Sobre el tema el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, había destacado minutos antes en otra conferencia de prensa, que esa decisión «es un proceso que está en marcha». Insistió en que el Gobierno colombiano tiene un enorme reconocimiento por la ayuda que ha brindado la Isla al proceso.
«Necesariamente tendremos un gesto claro frente a Cuba al momento de terminar las conversaciones, y, obviamente en el territorio colombiano, tendremos que formalizar lo que aquí se acuerde», añadió De la Calle este viernes.
Otra de las exigencias de la guerrilla desde el inicio de los diálogos es sobre la situación que vive el insurgente Simón Trinidad, preso en Estados Unidos, a donde fuera extraditado por el Gobierno colombiano, acusado de narcotráfico y otros delitos.
Hay una posibilidad de que Simón Trinidad sea dejado en libertad, observó Márquez, pero se negó a comentarla «en este instante», tras recordar que el asunto fue discutido el 23 de marzo en la capital cubana en una reunión con el secretario de Estado de EE. UU., John Kerry, quien les aseguró que conocía el caso suficientemente e iba a analizarlo.
Hasta ahora las delegaciones negociadoras han llegado a acuerdos clave en temas como una reforma agraria nacional, la participación en política de los guerrilleros, la lucha conjunta contra el narcotráfico, el resarcimiento de las víctimas, la erradicación de minas antipersonales, la salida de las filas rebeldes de los menores de edad y la forma en que los actores del conflicto armado pagarán por sus crímenes, entre otros puntos.
Los acuerdos firmados el jueves —el cese del fuego bilateral, la desmovilización y dejación de las armas— comenzarán con la firma del acuerdo final de paz y los dos últimos puntos tendrán un plazo y desarrollo de 180 días.
Este viernes, el Ministerio de Defensa dio a conocer los sitios del país donde se realizará la desmovilización y concentración de los guerrilleros. El objetivo de esas 23 zonas transitorias «es garantizar precisamente que cesen el fuego y las hostilidades de manera definitiva y que las FARC dejen las armas en manos de la Organización de las Naciones Unidas», sostuvo el Ministerio en un comunicado.
Colombia tiene 33 000 zonas veredales, según la cartera de Defensa. Estas durarán 180 días a partir del momento en que se firme definitivamente la paz entre las partes.