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ISE-SHIMA, Japón, mayo 25.— El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, manifestó su disgusto este miércoles ante el presidente Barack Obama por el reciente asesinato de una mujer en Okinawa, crimen que reavivó el resentimiento de la población de esa isla por la alta presencia militar estadounidense.
Según Reuters, Obama llegó a Japón luego de visitar Vietnam y se reunió con Abe antes de una cumbre del Grupo de los Siete (G-7, que agrupa a los dirigentes de las primeras economías capitalistas mundiales). El Presidente norteamericano expresó su pesar por el asesinato de la mujer, del cual se acusa a un trabajador de la base estadounidense.
«Como Primer Ministro japonés, protesté ante el presidente Obama por el incidente reciente en Okinawa», dijo Abe, acompañado por el mandatario estadounidense, durante una rueda de prensa previo a la cumbre del G-7, que comenzará el jueves.
Por su parte, Obama declaró que extendía sus «más sinceras condolencias y mayor pesar» y anunció que «Estados Unidos seguirá cooperando completamente con la investigación y se asegurará de que se haga justicia bajo el sistema legal japonés».
Okinawa alberga el mayor número de fuerzas militares de Estados Unidos en Japón y muchos residentes enfrentan lo que ven como una carga injusta. Otros tantos asocian las bases con crimen, contaminación y ruido.
Los Gobiernos de Estados Unidos y de Japón quieren evitar que el incidente genere más rechazo a un acuerdo para reubicar la base aérea de los marines en Futenma a una zona menos poblada.
Se prevé que, tras participar en la cumbre del G-7, Obama realice el viernes una histórica visita a Hiroshima, ciudad a la que Estados Unidos arrojó una bomba atómica el 6 de agosto de 1945 y que hasta ahora no ha sido visitada por ningún jefe en activo de la Casa Blanca.
