WASHINGTON, febrero 20.— «Nos vemos en La Habana», así concluyó este sábado el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, su habitual mensaje sabatino, dedicado en esta ocasión íntegramente a su anunciado viaje a Cuba —programado para el próximo 21 y 22 de marzo—, con el que espera «comenzar un nuevo capítulo en nuestra relación con el pueblo de Cuba».
El mandatario definió con total claridad cuál es su propósito al encontrarse con un pueblo que, como dijera la comunicación de la Cancillería cubana, le recibirá «con la hospitalidad que lo caracteriza». Lo definió con un mensaje reiterado en más de una oportunidad desde la decisión tomada por Cuba y por EE.UU., y anunciada por los Presidentes el 17 de diciembre de 2014, de iniciar un proceso de restablecimiento de las relaciones bilaterales.
«(…) mi visita avanzará las metas que nos guían: promover los intereses y valores estadounidenses…» a lo que añadió «y un mejor futuro para el pueblo cubano, un futuro de más libertad y más oportunidad».
Subrayaba así lo mismo que había proclamado apenas unos párrafos antes de su alocución del sábado: «Creo que la mejor manera de promover los intereses y valores estadounidenses, y la mejor manera de ayudar al pueblo cubano a mejorar su vida, es a través del compromiso, mediante la normalización de las relaciones entre nuestros gobiernos y el aumento de los contactos entre nuestros pueblos».
Aunque —como dijera el asesor presidencial Ben Rhodes— el jefe de la Casa Blanca no llegará en un buque de guerra como lo hiciera en 1928 el entonces presidente Calvin Coolidge —quien tuviera a bien refrendar con su presencia en la Mayor de las Antillas al Gobierno del dictador Gerardo Machado, a quien el pueblo llamaba «el asno con garras»—, Obama insistió en su alocución en usar el término «cambio» para la Isla.
«Siempre he dicho que el cambio no le llegará a Cuba de un día para otro», apuntó, ratificando un objetivo que también lo ha sido de las administraciones anteriores de Washington, pero desde el bloqueo, estrategia política que ahora reconocen no lo logró en más de medio siglo, acompañada de agresiones de muy diverso tipo.
No obstante, el actual Presidente de EE.UU. no mencionó el «embargo», es decir ese bloqueo que se mantiene a pesar de su intención manifiesta de «ayudar al pueblo cubano a mejorar sus vidas», y limitó sus propuestas de mejoramiento a la promoción del «sector privado» y a un mayor acceso a Internet.
El mensaje del mandatario reitera que en su reunión con el Gobierno de Cuba, reafirmará «que los Estados Unidos continuarán defendiendo los valores universales como la libertad de expresión, asamblea y religión». Principios que, en sus contactos con el pueblo cubano, tendrá la oportunidad de comprobar que también son valores ejercitados.
Para Ben Rhodes, el viaje será «divertido».
Los comentarios y también las advertencias a Barack Obama sobre su viaje a Cuba llegan de todas partes y suscita polémica en Estados Unidos, donde —según encuesta del Pew Research Center de julio de 2015— el 73 por ciento de los norteamericanos aprueban el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y el 72 por ciento favorecen el levantamiento del bloqueo (incluidos el 59 por ciento de los republicanos); otra de Atlantic Council de igual momento resaltaba que el 67 por ciento está a favor de terminar la política estadounidense de prohibir a sus ciudadanos viajar a Cuba.
El diario The New York Times apuntó este sábado que la decisión de Obama «refleja su determinación de hacer tanto como sea posible antes de que termine su mandato para forzar la apertura de las barricadas históricas e ideológicas que han separado a los Estados Unidos de su vecino en el contexto de la Guerra Fría».
Obama pondrá a prueba «su convicción de que la participación agresiva, en lugar del aislamiento duro, es la mejor manera de empujar a un adversario para el cambio», agrega el artículo del periódico neoyorquino, que también expone las opiniones de los políticos estadounidenses que conforman el lobby anticubano.
«Nuestro Presidente está premiando este régimen opresor con una visita», dijo el senador demócrata por New Jersey, Robert Menéndez, mientras el senador por la Florida y aspirante a la candidatura presidencial republicana, Marco Rubio, le escribió un carta a Obama en la que le dice: «Tener una Presidente estadounidense que vaya a Cuba por el mero hecho de ir allí, sin que Estados Unidos obtenga nada a cambio, es a la vez contraproducente y perjudicial para nuestros intereses de seguridad nacional».
El New York Times reconoce, sin embargo, que el anuncio de la visita ha sido recibido con júbilo por los congresistas que abogan para que se levante el bloqueo contra Cuba. También cita al asesor presidencial Rhodes cuando este explicó a periodistas la oportunidad de la visita: «Dada la elección entre ir en diciembre, cuando, francamente, sería solo para tener un poco de vacaciones en Cuba, o ir ahora y tratar de conseguir un cierto avance, creemos que es el momento adecuado para ir a apoyar y tratar de hacer todo lo que podamos con este viaje».