ELMAU, Alemania, junio 8.— Los líderes del G7 (EE.UU., Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Japón y Canadá) concluyeron su Cumbre anual y —con Rusia excluida del foro por segundo año consecutivo, dadas las discrepancias en torno a Ucrania— condenaron a Moscú y se pronunciaron por la extensión de las sanciones de Occidente.
«Estamos dispuestos a reforzar las sanciones si la situación así lo requiere», afirmó la Canciller alemana y anfitriona de la Cumbre, Angela Merkel, con el respaldo del presidente estadounidense, Barack Obama, reporta EFE.
La Declaración final, de 19 páginas, dedica amplio espacio a la lucha contra el cambio climático y a iniciativas de desarrollo y salud con ambiciosos objetivos, aunque sin concretar las aportaciones financieras.
El presidente francés, Francois Hollande, calificó de «fundamentales» los compromisos con aspiraciones «realistas» para garantizar el éxito de la Cumbre del Clima que acogerá París en diciembre con el fin de buscar un sustituto global y vinculante para el Protocolo de Kioto a partir de 2020.
EFE agrega que los siete países más industrializados destacaron que el objetivo común es que el calentamiento global no sobrepase los dos grados centígrados con respecto a los valores preindustriales, lo que les obligará a reducir sensiblemente en las próximas décadas sus emisiones de gases que provocan el efecto invernadero.
En un entorno marcado también por las protestas, las ONG presentes en Elmau aplaudieron la apuesta de Merkel para avanzar hacia una economía global libre de carbono para finales de siglo y consideraron un éxito un texto que venció las reticencias de Japón y Canadá, pero advirtieron que permanecerán vigilantes para que no quede en el papel.
En cuanto a desarrollo y salud, una apuesta personal de Merkel para el encuentro, los líderes del G7 se propusieron, ante el grupo de mandatarios africanos invitados a la última sesión de trabajo de la Cumbre, aprovechar las lecciones de la reciente crisis del ébola.
Ante la reunión de la Asamblea General de la ONU en septiembre, donde se debe negociar la Agenda Post 2015 que reemplazará a los Objetivos del Milenio, el G7 señaló una meta clara: sacar a 500 millones de personas del hambre y la desnutrición para el año 2030 en los países en desarrollo. La vida dirá si los números llegan al escenario real.
En otro de los temas previsibles, Barack Obama reclamó «flexibilidad» tanto a Grecia como a sus acreedores para resolver el problema de la deuda griega y exigió «seriedad» al Gobierno heleno para hacer unas reformas que satisfagan a las instituciones y que, sobre todo, beneficien a los propios griegos. Grecia, por el contrario, refiere no querer pasar ciertas rayas rojas que contradigan, en función de la UE, promesas del Gobierno de Alexis Tsipras al pueblo.