MOSCÚ, mayo 8.— El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su homólog chino, XI Jinping, rubricaron este viernes una declaración conjunta de colaboración entre la Unión Económica Eurasiática (UEE) de cuatro repúblicas exsoviéticas y el proyecto denominado cinturón Ruta de la Seda.
La cooperación entre la UEE que integran Armenia, Belarús, Kazajstán y Rusia, con la perspectiva del próximo ingreso de Kirguistán, y la zona de desarrollo económico que desde China y a través de Rusia podrá extenderse en un futuro al resto de Europa, fue uno de los temas que centraron las pláticas de los dos mandatarios.
Xi llegó esta mañana a Moscú por el aeropuerto de Vnúkovo-2 en visita oficial programada para las próximas 72 horas como huésped principal de la conmemoración del aniversario 70 de la victoria sobre el fascismo en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y casi de inmediato fue al encuentro de su anfitrión.
Putin expresó que la coordinación de los proyectos de la UEE con la Ruta de la Seda significa la salida a un nuevo nivel de asociación chino-ruso y que supone un espacio económico común en el continente.
Al prestar especial interés a este tema en las conversaciones con Xi, el mandatario expresó la convicción de que se pueden complementar los proyectos de la UEE y los de la Ruta de la Seda.
Al respecto, el portavoz presidencial, Dimnitri Peskov, dijo que una de las iniciativas más ambiciosas es la construcción de una línea ferroviaria de alta velocidad Moscú-Kazán, que en el futuro pudiera involucrar a Europa, según debates recientes del Club Valdai.
Es una nueva esencia de las relaciones estratégicas entre Moscú y Beijing, reiteró el asesor de prensa de Putin.
Por su parte, el gigante energético ruso Gazprom y la estatal Petrochina International CNPC, rubricaron un acuerdo sobre los suministros de gas de Rusia a China por la tubería denominada Altai-Ruta Occidental.
Este gasoducto tendrá una capacidad superior a los 30 mil millones de metros cúbicos anuales de hidrocarburo, y se sustenta en un contrato por tres décadas, valorado en 400 mil millones de dólares.
Desde el punto de vista político, Putin y Xi coincidieron en el rechazo a los intentos de tergiversar la historia y justificar el nazismo, según explicó el jefe del Kremlin.
Ambos resaltaron el enorme costo de decenas de millones de vidas que sufrieron las dos naciones invadidas por los fascistas alemanes y japoneses, respectivamente.
Un pasado heroico común se convirtió en la base fundamental de las relaciones de buena vecindad y mutuo beneficio entre Moscú y Beijing, sostuvo el líder ruso.
Xi, en tanto, invitó a Putin a la conmemoración en septiembre próximo en Beijing del aniversario 70 de la victoria sobre los fascistas japoneses y el fin de la Segunda Guerra Mundial.
(Prensa Latina)