PARIS, febrero 12.— El aumento de la discriminación contra musulmanes y judíos es más evidente en Francia desde el atentado de principios de enero contra el semanario satírico Charlie Hebdo, destaca PL.
El Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CCIF) reportó recientemente que los actos islamófobos aumentaron 70 por ciento en el mes transcurrido tras el ataque contra el semanario Charlie Hebdo, perpetrado el 7 de enero.
En total se registraron 153 actos. Sólo en ataques contra mezquitas o lugares de culto se contabilizaron 33 casos en ese período.
«La situación desde los atentados no es más que el espejo aumentado de lo que ocurría antes. Se registran el mismo tipo de actos pero de forma más violenta y más frecuente», señaló el CCIF.
Por su parte, el Servicio de Protección de la Comunidad Judía reveló que el número de actos contra los judíos de Francia se duplicó en 2014, al llegar a 851 desde los 423 precedentes.
El material recalcó que los principales incrementos conciernen a casos de violencia como agresiones, incendios y vandalismo.
Durante 2014 unos siete mil franceses de la mencionada confesión emigraron a Israel, un número récord de salidas que debe seguir en alza, indicó el informe, elaborado con la cooperación del Ministerio del Interior.
Algunos expertos opinan que los judíos franceses se sienten amenazados principalmente tras el asesinato de cuatro personas pertenecientes a esa comunidad en un supermercado de París el pasado 9 de enero.
A pocos días del suceso, el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, anunció la protección de las 717 escuelas de ese tipo que hay en el país con cuatro mil 700 policías y gendarmes.
Francia alberga la mayor comunidad de dicha religión de Europa y la tercera del mundo, con entre 500 mil y 600 mil miembros. Cuenta con 500 sinagogas.
El propio primer ministro, Manuel Valls, reconoció recientemente que en su país existe un apartheid territorial, social y étnico, una afirmación que agudizó los desencuentros en el ámbito político.
Valls expresó ante medios de prensa que los atentados de principios de enero en la capital gala subrayaron muchos de los males que aquejan al país y los desafíos que deben enfrentar.