Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Piden perdón las FARC-EP por los hechos de Bojayá

Celebra el Gobierno colombiano cese al fuego indefinido anunciado por la guerrilla, pero no asume la bilateralidad de las hostilidades

Autor:

Yailé Balloqui Bonzón

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) pidieron perdón públicamente a los habitantes de la comunidad colombiana de Bojayá, víctimas, en mayo de 2002, de una masacre no intencional en una iglesia que dejó 79 muertos y varios heridos.

Luego de un encuentro privado con los sobrevivientes y familiares de las víctimas, los insurgentes asumieron la autoría y responsabilidad de los hechos y reconocieron que murieron personas inocentes.

El comandante Pablo Catatumbo habló en nombre de la guerrilla y ofreció a todas las personas que han vivido el dolor por los hechos de hace 12 años, el «malestar profundo por lo que sucedió. Este hecho nunca debió ocurrir».

Hoy se volvió a revivir el fatídico suceso que acabó con la vida de 79 civiles durante un enfrentamiento entre la guerrilla y paramilitares que provocó el desvío de un proyectil artesanal de las FARC-EP que cayó en una iglesia donde se refugiaba la población del Bojayá, víctima del pánico.

Declarar hoy que las acciones de entonces no fueron ni buscadas ni queridas, no devuelve la vida a quienes la perdieron ni borra el sufrimiento generado a tantas familias, «sufrimiento del cual somos conscientes y por el que ojalá seamos perdonados», aseveró Catatumbo.

La guerrilla se comprometió a resarcir el daño causado no solo reconociendo su responsabilidad, sino con acciones «reparadoras y transformadoras».

Leynier Palacios, una de las víctimas de Bojayá que llegó a La Habana, solicitó que la petición de perdón se extienda a todas las comunidades de víctimas y que el resto de los actores armados y el Estado —a quienes acusan de ser responsables de los sucesos— también reconozcan su culpabilidad y se disculpen por los daños físicos, sicológicos, materiales y espirituales, ocasionados por los hechos violentos del conflicto armado.

No obstante, esta petición de perdón de las FARC-EP, apuntaron las víctimas, debe traducirse en actos concretos que garanticen la no repetición de agresiones a la población civil y la reparación de los afectados con el reconocimiento de la autonomía de los pueblos y grupos étnicos. Asimismo pidieron declarar a Bojayá y la región colombiana del Pacífico, en general, como Territorio de Paz.

Desde Colombia, el presidente Juan Manuel Santos aplaudió el gesto insurgente y lo calificó de «conmovedor».

«Eso es lo que esperamos de las FARC-EP y eso es lo que esperamos del proceso, que todo ese dolor que ha generado esta guerra de más de 50 años podamos dejarlo atrás, que esa fábrica de víctimas la cerremos definitivamente», afirmó.

Santos también saludó la decisión de la guerrilla de decretar a partir del próximo sábado un cese al fuego unilateral e indefinido, pero reconoció que el Gobierno no acataría —por el momento— la bilateralidad del cese de las hostilidades.

Reconoció, no obstante, que el anuncio hecho por las FARC-EP el miércoles, al finalizar el ciclo 31, muestra que el proceso de paz iniciado hace dos años en la capital cubana va «en la dirección correcta».

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