WASHINGTON, julio 8.— La Oficina de Transmisiones hacia Cuba (OCB), adscripta al Gobierno estadounidense, está plagada de baja moral, falta de transparencia y ausencia de comunicación efectiva con sus empleados, revela un informe oficial.
El reporte, calificado de sensible, fue publicado la víspera por la Oficina del Inspector General del Departamento de Estado, y refiere los resultados negativos de una auditoría reciente a la OCB.
Dicho control demostró deficiencias en el trabajo de esa entidad, creada en 1990 como elemento vital en la política de la Casa Blanca contra Cuba.
Los problemas salieron a la luz cuando los inspectores del Gobierno entrevistaron a un número considerable de empleados, entre septiembre y noviembre de 2013 en instalaciones en Miami y Marathon, la estación aeronaval de Cayo Hueso, todas en el estado de Florida, y otras oficinas ubicadas en esta capital.
La evaluación reconoce que muchos trabajadores no se atrevieron a hablar por temor a represalias de sus superiores, señala el reporte.
El objetivo declarado de este informe es dar al Departamento de Estado y al Congreso norteamericano una «evaluación independiente» de las operaciones de la OCB, encargada de las transmisiones internacionales de Estados Unidos, que incluye Radio y TV Martí.
Estas emisoras, que operan desde territorio norteamericano, han sido denunciadas en organismos internacionales por el Gobierno cubano por su carácter ilegal y subversivo.
El documento señala que la OCB «mantiene buenas relaciones con varios organismos federales como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y el Comando Sur de las Fuerzas Armadas estadounidenses, encargado de la política del Pentágono hacia el Hemisferio Occidental».
Estas agencias, en particular la Usaid, constituyen elementos clave en la política contra la isla caribeña, en la implementación de los conceptos de la guerra no convencional, incluyendo el llamado ZunZuneo o Twitter cubano, proyecto ilegal para subvertir el orden en el país caribeño, según denuncias del gobierno cubano.
Los fondos millonarios del Programa Cuba de la Usaid han sido destinados para iniciativas similares como Conmotion, originalmente para uso militar, consistente en la creación de redes inalámbricas para enlazarse con el exterior, sin control gubernamental.
La reconocida organización sin fines de lucro Council on Hemispheric Affairs pidió recientemente al Gobierno estadounidense eliminar del presupuesto federal los 30 millones de dólares que recibe anualmente la OCB, por considerar un despilfarro de fondos en una actividad contraria a los propios intereses del país norteño.
(Tomado de Prensa Latina)