El Plan de la Patria es la carta de navegación hacia el futuro y la prosperidad, dijo Maduro al ser electo como presidente de la Républica Bolivariana de Venezuela. Autor: AVN Publicado: 21/09/2017 | 05:42 pm
Si algo destacó en el panorama político de la América Nuestra fueron las disputas electorales. Mediante las elecciones se están decidiendo modelos en una región donde la historia contaba más de dictadores y golpes de Estado que de urnas.
En dos países había que poner orden ciudadano, aun con las limitantes que pueden tener tradicionales irregularidades fraudulentas, y así se hizo en Paraguay y en Honduras, donde los partidos «de siempre» retomaron el poder político tras los golpes que revirtieron Gobiernos populares, democráticos, y electos por sus pueblos.
Otras contiendas gozaron del respeto al voto: la muerte dolorosa del presidente Hugo Chávez obligó a elecciones presidenciales en Venezuela, donde se impuso el candidato continuador de la Revolución Bolivariana, Nicolás Maduro, por casi 300 000 votos; aunque una derecha con raíces golpistas no quiso reconocer la derrota, y dio continuidad a una guerra económica con la que pretenden ocupar una presidencia que no les llega desde las urnas. Pero otra taza del mismo caldo tuvo que tragarse con la segunda derrota en los comicios regionales del 8 de diciembre, cuando el 76 por ciento de las alcaldías responden al modelo chavista de construir un país nuevo e independiente, aun frente a los ataques persistentes de la oligarquía y quienes desde fuera los apoyan e instruyen.
También solidificó su presencia la Revolución Ciudadana de Ecuador en las cien legislaturas obtenidas por Alianza País de las 137 en competencia, y con la reelección de su líder, Rafael Correa, como presidente, con el 57,17 por ciento de los votos.
Cuba, a quien la guerra mediática le niega la validez de su proceso democrático participativo, también acudió a las urnas para darse su Parlamento e instancias de Gobierno, ratificó el rumbo socialista y su manera de cambiar, de actualizarse y de garantizar el bienestar del pueblo pese a la guerra económica que desde hace 54 años le hace Estados Unidos para entorpecer su desarrollo.
En Chile, con amplitud indiscutible, Michelle Bachelet asume una vez más la primera magistratura, al contar con una coalición más representativa que incluye al Partido Comunista. No le bastó el 46,70% de la primera vuelta y hubo necesidad de balotaje, donde los resultados fueron inequívocos: 62,16 por ciento.
Hay un denominador común: la ciudadanía ante dos modelos de país se expresa con su voto en una América que despierta a su segunda independencia. La liberación pasa por lo político, pero tiene puntales en la economía y esta se va definiendo a través de bloques regionales en defensa de los intereses propios y comunes, ante la voracidad de las transnacionales y las soluciones privatizadoras del neoliberalismo que subsiste.
No se duda de que para este 2014, que ya casi se inaugura, el enfrentamiento tendrá iguales signos, ya sean presidenciales, legislativas o ambas en las pujas electorales en El Salvador, Costa Rica, Colombia, Panamá, República Dominicana, Brasil, Uruguay y Bolivia.