Jóvenes sudafricanos que cursan estudios de Medicina en Cuba se unieron al acto de recordación de Nelson Mandela. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:42 pm
El legado de Madiba se incorpora al acervo de los pueblos de nuestra América y será trasladado a las nuevas generaciones. Su lucha forma parte del patrimonio de la Humanidad, libre de odios y rencores, donde se promueven la libertad y la paz como premisas esenciales de la convivencia humana, afirmó este miércoles el miembro del Buró Político Salvador Valdés Mesa, vicepresidente del Consejo de Estado, en el acto solemne de tributo a Nelson Mandela, celebrado en la Sala Universal del Ministerio de las Fuerzas Armadas.
El homenaje fue presidido por los miembros del Buró Político José Ramón Machado Ventura, Segundo Secretario del Comité Central del Partido y vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros; Esteban Lazo Hernández, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular; y el General de Cuerpo de Ejército Ramón Espinosa, viceministro de las FAR.
En las palabras centrales, Valdés Mesa resaltó el «profundo activismo y espíritu de sacrificio» del líder sudafricano, quien dignificó con su resistencia la identidad de los oprimidos, se convirtió en una «figura legendaria» en la lucha por la liberación de todos los sudafricanos e inició la construcción de «una nueva Sudáfrica sin distinción de razas u otras formas de discriminación».
Valdés Mesa destacó las relaciones de Mandela con nuestro pueblo y con el Comandante en Jefe Fidel Castro, las que comenzaron en la década de los años 70 del pasado siglo con el apoyo brindado al Congreso Nacional Africano.
Recordó que desde su celda de dos metros cuadrados, —«nada más parecido al hueco donde han sido encarcelados nuestros Cinco Héroes»—, Mandela escribió que la batalla de Cuito Cuanavale fue «el punto de inflexión para la liberación de nuestro continente y de mi pueblo del flagelo del apartheid», en referencia a los internacionalistas cubanos que lucharon por salvaguardar la integridad de Angola, propiciando la independencia de Namibia y contribuyendo al fin del régimen racista en Sudáfrica.
Resaltó, además, las muestras de cariño y confianza de Madiba hacia nuestro pueblo que, en 1991, fue el primero de América Latina en ser visitado por el luchador africano después de salir de prisión; así como la «calurosa bienvenida» que ofrecimos los cubanos, y momentos especiales como la entrega de la Orden José Martí que otorga el Consejo de Estado, «de manos de su hermano Fidel».
Por su parte, el embajador de la República de Sudáfrica, Naphtal Manana, agradeció los mensajes de amor del Gobierno y pueblo cubanos, y destacó el compromiso de su país de ser fiel al legado de dignidad y justicia de su Tata Madiba.
«Una vez más damos gracias por mantener a nuestra nación en su pensamiento (…) Descansa en paz, Madiba. Dios bendiga a África».
Otro de los oradores, Ayeid Mousseid Yahya, embajador de Djibouti y Decano del Cuerpo Diplomático Africano, calificó a Mandela como uno de los grandes líderes del siglo XX, cuyo pensamiento permanecerá por siempre en la memoria colectiva de los pueblos, y agradeció a Fidel, a Raúl y a otros tantos cubanos que permanecieron fieles a la ética y al Derecho Internacional al contribuir a la lucha contra el apartheid.
Otros miembros del Cuerpo Diplomático también resaltaron la dimensión del legado del Premio Nobel de la Paz. Entre ellos, Miguel Costa Mkaima, de Mozambique, a nombre de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC); Dexter E. M. Rose, de San Vicente y Granadinas, a título de América Latina y el Caribe; Chinthapally Rajasehkar, de la India, en representación de Asia y del grupo Brics (que integran también Brasil, Rusia, China y la propia Sudáfrica); Timothy Marcus Cole, del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, por la Unión Europea.
Además estaban los vicepresidentes del Consejo de Ministros Enrique Lussón y Ulises Rosales del Toro; Jorge Risquet, miembro del Comité Central del Partido; y Marcelino Medina González, ministro interino de Relaciones Exteriores.
La ceremonia de homenaje póstumo también contó con la orquesta Sonantas Habaneras que, dirigida por el maestro Jesús Ortega interpretó El tema de En silencio ha tenido que ser, del compositor cubano José María Vitier.
El coro Mzansi, formado por estudiantes sudafricanos de la Escuela Latinoamericana de Medicina, también rindió su tributo con la canción de despedida Hamba Kahle.