WASHINGTON, julio 1.— Abogados de cuatro presos de la cárcel estadounidense de Guantánamo, ubicada en territorio ocupado en el oriente de Cuba, pidieron a una corte federal en Washington D.C. poner fin a la práctica grotesca de alimentación forzada contra sus clientes, reportó PL.
Los ayunantes identificados como Ahmed Belbacha, de 44 años, y Nabil Hadjarab, de 33 (argelinos), el saudita Shaker Aamer, de 46, y el sirio Jihad Dhiab, de 41, promovieron la acción legal para interrumpir ese tipo de alimentación, la cual definen como una forma de tortura y afirman que viola la ética médica, dijo PL.
Según destacan hoy medios de prensa, esos internos afirman que la alimentación forzada les impide también efectuar el deber religioso islámico del ayuno durante el mes de Ramadán y por tanto viola la Convención de Ginebra.
Los abogados defensores reiteraron que a diferencia de los presos federales, estos cautivos en Guantánamo nunca han sido acusados de un delito.
No puede existir un interés criminológico legítimo que respalde una alimentación forzada solo para prolongar su detención por tiempo indefinido, de acuerdo con el documento legal presentado por los letrados Jon B. Eisenberg, de California, y Cori Crider, de Londres, del grupo de derechos humanos Reprieve.
Las autoridades carcelarias informaron que este lunes se mantenían en la lista de alimentación forzada 44 reos y que el Pentágono tiene alrededor de 140 médicos, enfermeras y socorristas de la Marina en apoyo a estas labores.
Para suministrar los alimentos, los internos son inmovilizados y atados a una silla dos veces al día y se les coloca una sonda nasogástrica que les llega al estómago, a través de la cual se envía el suplemento nutricional, un procedimiento denunciado además por ser muy doloroso.
Se encuentran en ese centro de detención y torturas —como lo califican defensores de derechos humanos— 166 detenidos, la mayor parte de ellos encarcelados sin acusación alguna hace más de una década.
De ellos, más de un centenar inició una huelga de hambre el pasado 6 de febrero en protesta por los abusos de los militares del Pentágono, la detención por tiempo indefinido y otras violaciones.