Intervención de Iván Márquez, comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo (FARC-EP). Autor: Oriol de la Cruz / AIN Publicado: 21/09/2017 | 05:33 pm
Recurrente ha sido, a lo largo de más de cinco meses de conversaciones de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), la exigencia, por parte de esta última al ejecutivo de su país, para que interceda con su par estadounidense y se permita la presencia en esta mesa de diálogo del guerrillero Simón Trinidad, preso en EE.UU. desde 2004 luego de haber sido extraditado allí por el Gobierno colombiano de Álvaro Uribe.
Este jueves, penúltimo día del octavo ciclo de diálogo, la insurgencia habló sobre la justeza de insistir a Washington en ese sentido, y luego de conocidas las razones de la extradición de Trinidad, develadas por un material hecho público por el portal web Wikileaks, con fecha de 2004.
El cable en cuestión revela la petición urgente del ex presidente Álvaro Uribe para que se extraditara a Trinidad, aun cuando —según reconoce la embajada norteamericana en Bogotá en el documento— el guerrillero no enfrentaba cargos criminales en la nación norteña.
Originado en esa sede diplomática, el texto no ha sido desmentido hasta el momento y revela que la Casa Blanca y el propio Uribe preferían «verlo asegurado en una cárcel de EE.UU. que verlo procesado dentro del sistema judicial colombiano, a veces poco confiable».
Según denuncias de la guerrilla, el ex mandatario colombiano ordenó el montaje jurídico para violar el mandato constitucional que prohíbe la extradición de nacionales por razones políticas y «cuando ya no hubo manera de probar que era un narcotraficante, determinaron entonces imputarle el delito de terrorismo, que no era la causa de su extradición», explicó Iván Márquez.
El objetivo no era otro que «castigar la rebeldía de las FARC-EP» razón por la que debía ser condenado de cualquier manera e inventaron, además, que pertenecía al Secretariado y al Estado Mayor Central rebelde, con lo cual lo hicieron responsable de la retención de tres mercenarios norteamericanos en la selva del Caqueta, aseguró Márquez.
«Todas las mentiras de esa patraña fueron derrotadas por Simón en los tres juicios que tuvo que afrontar en los tribunales estadounidenses», y hoy se enfrenta a 60 años de prisión en denigrantes condiciones de reclusión en el llamado hueco de la prisión de Florence, Colorado.
Conocidas las razones de su extradición es justo insistirle a Washington que, como un gesto que contribuya a la paz de Colombia, permita a Simón Trinidad ejercer su vocería en la Mesa de conversaciones de La Habana, afirmó Iván Márquez.
Las FARC-EP convocan a la solidaridad internacional y piden a las organizaciones sociales y de derechos humanos en el mundo, conformar comités «que nos ayuden en esta justa batalla política, por su libertad y su necesaria participación en la mesa de diálogo».
Hoy viernes culmina el octavo ciclo de conversaciones y algunos esperan que en esta ocasión se haya llegado a un acuerdo final relativo al complejo problema agrario de Colombia, y en el cual las partes llevan más de cinco meses de debate.
El insurgente Jesús Santrich dijo a la prensa hace dos días que era posible que se anunciaran acuerdos no solo en este aspecto, pues podría tratarse incluso de avances en el segundo tema de la agenda, referente a la participación política de las FARC-EP, luego de culminadas las deliberaciones y firmada la paz definitiva.
Para este segundo tópico ya se realizó en Bogotá un foro participativo donde más de 1 200 personas y organizaciones sociales expusieron sus propuestas, que serán entregadas a la mesa el próximo 20 de mayo.