Marco León Calarcá leyó el comunicado firmado por el Estado Mayor Central de las FARC-EP. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:30 pm
Contrario a lo que la prensa de derecha en Colombia califica «como la primera gran crisis» de los actuales diálogos de paz que llevan a cabo el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP), la guerrilla confirmó que estos «prosiguen de modo normal».
A su arribo este lunes al Palacio de Convenciones de La Habana, Marco León Calarcá leyó un comunicado firmado por el Estado Mayor Central de las FARC-EP en el que desmienten que alguna de las partes se haya «puesto de pie o amenazado formalmente con retirarse».
Por el contrario —agregan— continúa siendo un objetivo común trabajar en busca de puntos de aproximación sobre el tema agrario, con el afán de producir acuerdos significativos hacia la búsqueda de la paz definitiva.
Recientes tensiones expresadas públicamente entre gobierno y guerrilla generaron cierta preocupación entre sectores ansiosos de la terminación de décadas de enfrentamiento, así como resultaron oportunas para otros grupos de derecha que critican los diálogos.
En referencia a estos últimos, la insurgencia advirtió que «antes de echar leña al fuego», deberían promocionar de modo franco y positivo el fortalecimiento de la vía dialogada.
En el texto las FARC-EP también denuncian las pretensiones de alguna prensa ultraderechista colombiana de generar un ambiente negativo y proponen la realización de una marcha contra el proceso de paz, supuestamente —afirman— «en nombre de la libertad y la vida».
La semana pasada se generó un clima tenso cuando las FARC-EP admitieron haber apresado a dos policías y poco después anunció su intención de liberarlos bajo el auspicio de la Cruz Roja Internacional y la Organización colombianos y colombianas por la paz.
Al respecto, el grupo insurgente aseveró que «los hechos de guerra que sacuden al país y afectan a personas e intereses de las dos partes involucradas, son precisamente los avatares de la pugna armada que se procura solucionar en la Mesa, acota el documento, en el cual se califica como una «verdadera locura» apelar a ellos para destruir la vía de la paz.
Aunque la guerrilla ha propuesto en varias ocasiones al presidente Juan Manuel Santos pactar un cese bilateral al fuego mientras avanza la negociación, el Gobierno sigue rechazando esa posibilidad y advierte que una tregua sólo se dará con la firma de un acuerdo definitivo que permita poner fin al conflicto interno de casi 50 años.
Además del tema agrario, primer punto de la agenda de conversaciones pactada por el gobierno y las FARC-EP y que constituye el punto medular que ha conllevado a más de medio siglo de conflicto, las partes pretenden llegar a consensos sobre participación política, el fin del conflicto armado, la solución al problema de las drogas ilícitas, derechos de las víctimas y los mecanismos para la implementación, verificación y refrendación de los acuerdos.