BAGDAD, enero 27.— Un atacante suicida mató este viernes al menos a 32 personas al detonar un vehículo cargado de explosivos junto a una procesión fúnebre en el sureste de Bagdad, en el más reciente ataque desde la partida de las fuerzas estadounidenses.
La policía dijo que el atentado ocurrió a las 11 de la mañana en el barrio chiíta capitalino de Zafaraniyá, donde los dolientes se habían congregado para el funeral de una persona muerta la víspera. Agregaron que otras 65 personas resultaron heridas en el ataque, incluyendo 16 policías.
Este año, más de 200 personas han muerto en incidentes violentos en territorio iraquí, causando temores sobre una guerra civil.
La mayoría de los muertos han sido peregrinos chiítas y miembros de las fuerzas de seguridad.
Una crisis política de raíz sectaria se ha añadido a las preocupaciones de un fuerte crecimiento de la violencia.
Funcionarios en el Hospital General de Zafaraniyá, adonde fueron llevados la mayoría de los muertos y heridos, dijeron que la poderosa explosión destruyó ventanas y dañó paredes en el hospital, donde una enfermera y cuatro pacientes resultaron heridos.
Nadie se atribuyó de inmediato el atentado.
Minutos más tarde, pistoleros dispararon contra un retén en Zafaraniyá y mataron a dos policías, dijeron fuentes policiales.
El jueves, 17 personas murieron en atentados con bombas en todo el país, incluyendo siete personas en ataques en dos distritos mayoritariamente suníes en Bagdad, lo que indica que chiítas pudieran estar tomando represalia por los ataques contra ellos.
La explosión del viernes fue el segundo ataque más mortífero este mes en Iraq.
Al menos 53 personas murieron el 14 de enero cuando una bomba estalló en medio de una procesión chiíta que se dirigía a una ciudad del sur del país.