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La medida se logró con 233 votos a favor, tres en contra y algunas abstenciones, superando así los tres quintos requeridos. Autor: Telesur Publicado: 21/09/2017 | 05:13 pm
La Cámara de diputados españoles aprobó este miércoles fijar un tope de déficit presupuestario a través de una reforma a la Constitución. La medida se logró con 233 votos a favor, tres en contra y algunas abstenciones, superando así los tres quintos requeridos, indica Telesur.
La reforma supone cambiar el artículo 135 de la Constitución para consagrar la estabilidad presupuestaria y alejar el déficit público en las administraciones.
La mayoría que ostentan los socialistas y los populares hicieron que fuera inviable la incorporación de las enmiendas que habían presentado los partidos de izquierda y los nacionalistas vascos, catalanes y canarios.
Con el apoyo del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el derechista Partido Popular (PP), la reforma a la Carta Magna resultó aprobada por amplia mayoría.
Los senadores de Coalición Canaria y Foros Asturias votaron en contra de la medida mientras que los representantes de Convergència i Unió (CiU Convergencia y Unión en castellano), Partido Nacionalista Vasco (PNV) e Iniciativa Ciudadana Vasca (ICV) se abstuvieron.
Los tres senadores de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y el del Bloque Nacionalista Gallego (BNG) han salido del hemiciclo antes de votar como forma de protesta, tal y como hicieron en la votación del Congreso de los Diputados.
Líderes del PP y el PSOE, defendieron su propuesta amparados en que constituye una garantía para el futuro de la nación además de brindar supuesta confianza y bienestar entre los españoles.
Esgrimieron que la norma debe ser acatada con "responsabilidad política" y de forma urgente para lograr que sea efectiva.
El debate en la Cámara Alta resultó tan acalorado como el que se realizó el pasado viernes en la Cámara Baja del Parlamento español, con fuertes argumentos de varios partidos que rechazaban la reforma.
La portavoz del PSOE, Carmela Silva, esgrimió que «es un momento excepcional, no es momento de demagogias sino de responsabilidad y seriedad».
Defendió la urgencia de la aprobación de la ley al asegurar que «en otras circunstancias el referendo sería un debate a tener en cuenta pero ahora retrasaría la reforma y nos llevará a plazos peligrosos».
Silva consideró que está en juego «la salida de la crisis, el mantenimiento del estado del bienestar y la defensa del euro».
Por su parte, dirigentes de partidos de oposición, mantuvieron críticas ante la falta de consenso y cuestionaron «la forma» y «el fondo» de la medida por haber contado con el apoyo de otras organizaciones políticas sin diálogo.
Los líderes PNV y de CiU calificaron como un «atropello democrático» la velocidad en la aprobación de la reforma. El senador del PNV, Joseba Zubia, dijo que la medida fue «exprés en el Congreso, meteórica en el Senado» y añadió que es antidemocrática.
«Hace unos días la Constitución era inmutable. Ahora vemos que es más fácil cambiar la Constitución aplicando el rodillo que aprobar cualquier ley ordinaria. Pero esta reforma va a tener menos apoyo del que tuvo la Constitución en 1978», argumentó Zubia.
Asimismo, el portavoz de CiU, Jordi Vilajoana, dijo que «aquí la reforma constitucional se va a hacer en 15 días y sin consenso por razones de forma y de fondo».
Con la norma, los parlamentos deberán solicitar al Congreso la autorización para superar el límite de déficit en casos «excepcionales, como en catástrofes naturales». Hasta ahora, esa opción se reservaba sólo al Gobierno.
En medio del rechazo por algunas formaciones políticas minoritarias y por parte de la opinión pública, los indignados del Movimiento 15-M realizaron varias concentraciones en las cercanías del Congreso para rechazar la aprobación de la reforma.
La opinión pública teme que algunos de esos recortes puedan aplicarse a los fondos que el país dedica a los casos de desempleo, sanidad, educación o vivienda.
