Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 04:57 pm
Sra. Presidenta de Argentina:
Sr. Presidente del Consejo Europeo:
Esta crisis fue pronosticada hace ya diez años. Surgió de la especulación y la corrupción financiera, empresarial y fiscal en Estados Unidos y Europa Occidental. Por tanto, no deben descargarse sus efectos en América Latina y el Caribe, ni en el Tercer Mundo, ni tampoco en los trabajadores, jubilados y pobres europeos.
La Unión Europea necesita relacionarse de otro modo con América Latina y el Caribe. Verla como un conjunto de países independientes con 570 millones de habitantes, una sólida cultura propia y todos los recursos. América Latina y el Caribe ya no es el traspatio de Estados Unidos, ni somos antiguas colonias que requieren consejo.
La crisis es global, sistémica, múltiple. Por ejemplo, mientras discutimos, el cambio climático sigue devastando y Europa renuente a pagar su deuda ecológica.
Coincido en la necesidad de una nueva gobernanza mundial, pero basada en el Derecho Internacional, en la verdadera democracia y en la justicia social.
El 56 por ciento de los seres humanos viven hoy en la pobreza. No existe un mundo multipolar, ni la llamada comunidad global. El multilateralismo es todavía ficticio. Hoy tenemos una gobernanza global dictatorial basada en la dominación, la hegemonía, el doble rasero y la hipocresía.
Basta leer la doctrina de la OTAN o mirar al redespliegue militar de Estados Unidos en América Latina y el Caribe o al golpe militar en Honduras. El G-20 tampoco nos representa a los demás. No existe tampoco aquella soñada «asociación birregional».
Habría que evitar que la crisis acentúe la naturaleza distinta de la Unión Europea y América Latina y el Caribe. La expoliación colonial y el saqueo capitalista convirtieron a Europa en acreedora y a América Latina y el Caribe en deudora. Es así hasta hoy, aunque hemos pagado la deuda varias veces. Todo sigue igual aunque se le disimule en el libre comercio. Por eso, hay que salir de Bretton Woods y construir una nueva arquitectura financiera.
En tiempo de crisis, en particular, debe imperar el Derecho Internacional y ejercerse la igualdad soberana y la independencia política de los Estados.
Debe impedirse el uso de la amenaza y de la fuerza.
El mercado no resolverá la crisis global ni el cambio climático. El mundo necesita primero, un nuevo orden político y luego, decisiones económicas estructurales.
Cuba seguirá defendiendo la verdad y la razón. Su gobierno solo se debe a los cubanos, y a los pueblos de Nuestra América, bolivariana y martiana.
Muchas gracias.