El volcán islandés que ha alterado el tráfico aéreo de toda Europa sigue en erupción, aunque está expulsando menos ceniza, dijeron el miércoles expertos de la oficina meteorológica de Islandia. Autor: Reuters Publicado: 21/09/2017 | 04:56 pm
PARÍS, abril 21.— Todavía a cierta distancia de la verdadera normalidad, el tráfico aéreo de Francia comenzó a dejar atrás la pesadilla de cinco días de las cenizas volcánicas expulsadas desde el glaciar islandés de nombre irrepetible.
La situación con los vuelos de largo y corto recorridos tiende a estabilizarse, no así con los de trayecto mediano, según explicó en un comunicado la aerolínea bandera Air France que prometió pleno servicio hacia el fin de semana.
Sin embargo, el atolladero como consecuencia de retrasos y anulaciones, incluida la jornada de ayer que constituyó la sexta del caos aéreo, es bastante grande en estos momentos. Más de 70 mil franceses buscan regresar al país de forma angustiosa.
Esperamos hoy el funcionamiento al ciento por ciento de los vuelos de forma gradual y en 48 horas resolver la repatriación de todos nuestros compatriotas, reiteró el ministro de Estado de Ecología, Jean-Louis Borloo, quien además supervisa el transporte.
El panorama se hizo tan desesperante que Air France ensayó una fórmula en Roissy-Charles de Gaulle y en el JFK de Nueva York: otorgar asientos por sorteo para los vuelos de prueba de sus aparatos.
La idea, que provocó el disgusto de muchos viajeros, apunta a utilizar de forma voluntaria los puestos permisibles en las naves que hacen los trayectos completos a modo de test.
En cualquier caso, la cólera de las propias compañías aéreas por la decisión de las autoridades de congelar demasiado tiempo el tráfico, también encontró eco en la clase política francesa, que fustigó la actitud «en extremo conservadora» de la Unión Europea.
El ministro galo de Exteriores, Bernard Kouchner, subrayó que las respuestas europeas ante la crisis no fueron las mejores y el asunto deberá replantearse de cara al futuro para evitar la debacle económica provocada y la desestabilización de los pasajeros.
Sin embargo, el diplomático se congratuló de que no ocurrieran accidentes durante este tiempo, prueba de que igualmente las precauciones se hacen razonables en determinadas circunstancias.
Air France repitió este miércoles que sus pérdidas ascendieron a 35 millones de euros diarios durante cinco días y todavía deberá evaluar cómo terminará su balance en la búsqueda de soluciones emergentes para los viajeros.
El suspenso, empero, no termina y desde el enrevesado Eyjafjallajokull surgen nuevas explosiones. Según el Centro de Observación de Cenizas Volcánicas (VAAC), con sede en la ciudad francesa de Toulouse, el peligro subsiste.
Por ahora se concentra más en «el sur del mar del Norte, las islas británicas, Dinamarca y Escandinavia», lo cual tampoco excluye amenazas al resto de Europa.
La diferencia es que difícilmente las autoridades se atrevan a volver a paralizar totalmente el tráfico aéreo.