La viuda del cantor popular Víctor Jara encabezará el próximo sábado un funeral público luego de que una autopsia corroboró que su esposo fue torturado y acribillado por los militares después de ser capturado en 1973, informó AP.
Cuando Jara fue sepultado en la clandestinidad, su esposa, la inglesa Joan Turner, solo estuvo acompañada por dos personas que la ayudaron a arrastrar el ataúd sobre un carro metálico, facilitado por un funcionario del Cementerio General, que lo ofreció al enterarse de quién iba en su interior, según relató en exclusiva a la Associated Press.
«Yo sé que hay mucha gente que quiere despedir a Víctor, va a ser una cosa muy pública y yo soy una persona privada», dijo Joan.
Hace 36 años, Joan sacó a escondidas del instituto forense el cadáver de Jara, donde yacía junto a centenares de víctimas de la violencia descontrolada de los militares dirigidos por el dictador Augusto Pinochet, quien usurpó el poder por 16 años y medio, tras derrocar al presidente Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973.
La viuda, de 82 años, contó que Héctor Herrera, el joven que le avisó que el cadáver de su esposo estaba entre los centenares que se acumulaban en el instituto forense, le prestó dinero para comprar el ataúd.
Víctor Jara —asesinado días después del golpe militar y poco antes de cumplir 41 años— estuvo 36 años en un nicho en el lado norte del Cementerio General. Desde el sábado sus restos quedarán sepultados en tierra, muy cerca de su anterior tumba.
El ídolo chileno fue exhumado en junio, y a fines de noviembre el juez que investiga su asesinato, Juan Fuentes Belmar, confirmó a la familia que fue torturado con un objeto «contundente», antes de morir acribillado por más de 30 proyectiles.
Antes de morir, fue prisionero junto a otras 5 000 personas en el Estadio Chile, el primer campo de detenidos políticos de la naciente dictadura de Pinochet.
Esta semana, sus restos ingresaron a un enorme galpón de la Fundación Víctor Jara, creada por su viuda, que permanecerá con sus puertas abiertas día y noche hasta el sábado, para que sus seguidores puedan despedirse del mítico artista.
Joan encabezaba la guardia de honor de 10 personas que rodeaba el ataúd de Víctor Jara —el mismo que contuvo sus restos por 36 años— cubierto en su parte inferior con una manta campesina negra, salpicada con bordados rojos.
Cuando se abrieron las puertas del galpón el jueves, decenas de personas se avalanzaron a su interior, solo contenidos por una cintas que formaban un pasillo hasta llegar al ataúd.
El próximo sábado, el ataúd será conducido a pie, en una romería de unas 35 cuadras, de vuelta al Cementerio General, pero esta vez estará muy acompañado.