Ciudadanos de diversas naciones participan en Roma en un foro sobre soberanía alimentaria y se manifestaron contra la cumbre. Autor: Getty Images Publicado: 21/09/2017 | 04:52 pm
ROMA, noviembre 16.— El director general de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Jacques Diouf, lamentó este lunes la ausencia de los líderes del G-8 en la cumbre sobre Seguridad Alimentaria que se celebra hasta el miércoles en esta capital con la presencia de unos 60 dignatarios, y señaló que todavía no se han hecho efectivas las ayudas prometidas durante la cita de jefes de Estado y de Gobierno de los países ricos en L'Aquila.
En conferencia de prensa al término de la primera jornada de trabajo de la cumbre, Diouf manifestó que espera que el compromiso al que llegaron los jefes de Estado y de Gobierno en L'Aquila (Italia) de «movilizar 20 000 millones de dólares para la agricultura», en tres años sea respetado, según EFE.
Al referirse a una declaración conjunta aprobada este lunes aquí por los 193 miembros de la FAO, que se compromete con la lucha contra el hambre, el diplomático senegalés destacó que se trata de un buen paso; sin embargo, al mismo tiempo expresó su insatisfacción porque el documento no fija una fecha exacta para alcanzar la erradicación de ese flagelo, que según el estremecedor discurso del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, le quitaría la vida a 17 000 niños en un día.
Diouf afirmó además que se necesitan 44 000 millones de dólares para erradicar el hambre en el mundo, y enfatizó que esa ayuda al desarrollo debía concentrarse en inversiones en infraestructuras, tecnología y equipos, dijo PL.
En sus discursos, los presidentes de Brasil, Luiz Inacio Lula, y de Chile, Michelle Bachelet, criticaron la indiferencia y apatía de ciertos gobiernos ante la hambruna en el mundo.
«Los líderes mundiales no han dudado en gastar cientos y cientos de billones de dólares para salvar la caída de los bancos. Con menos de la mitad de esos recursos, sería posible erradicar el hambre del mundo», dijo Lula.
En tanto, Bachelet indicó que a diferencia de las funestas respuestas neoliberales frente a otras crisis, la hambruna no puede ser enfrentada «ajustando el cinturón de los más pobres», y que será imposible resolver ese flagelo «si no ponemos, de una vez por todas, el problema de la inequidad, al interior y entre los países, en el centro del debate mundial».