El vínculo del ex subsecretario de Estado para América Latina del régimen Bush con la asonada militar en Honduras, puede ser una pista de la participación de Washington en el asunto
Hasta escriben el exculpatorio, el yo no fui. Pero eso de salir corriendo a quitarse la paja de encima, apunta a que hay pelos y señales en la escena del crimen que apuntan y dan al norte... y Miami es camino en ese punto cardinal.
Otto Reich, Carlos Alberto Montaner y Roger Noriega, tres de los especímenes de la camada anticubana de la CIA, y de otros departamentos afines en propósitos aviesos, salieron a la palestra casi con el mismísimo disparo de arrancada del golpe militar en Honduras. Veamos un poquito de uno del trío.
Una carta de esas al director, salió publicada el viernes 10 de julio en el diario El Nuevo Herald de Miami, y la firmaba Reich, ex subsecretario de Estado de EE.UU. para América Latina del finiquitado George W. Bush. Además de asegurar que la asonada militar que puso a Roberto Micheletti en la Casa Presidencial de Tegucigalpa es «legal y constitucional», negaba rotundamente que él (Otto) hubiera participado en la orquestación del golpe, y así respondía al embajador de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos, Roy Chadderton, quien le había hecho días antes esa acusación.
«Estados Unidos no debe traicionar nuestros valores uniéndose a los esfuerzos de algunos de los líderes más represivos y antidemocráticos de este hemisferio por lograr que se restaure al infractor Mel Zelaya», apuntaba el Otto, quien por cierto tiene en su currículo profesional haber sido miembro de la Junta de Dirección de la Escuela de las Américas (SOA), que desde el año 2000 se hace llamar Instituto para la Seguridad y la Cooperación del Hemisferio Occidental (WHINSEC) y tiene sede en Fort Benning, estado de Georgia.
Militares hondureños en SoaY sabemos de sobra a qué se ha dedicado esa institución estadounidense desde los años 40: formar más de 60 000 soldados latinoamericanos, que en no pocos casos han sido dictadores, golpistas, represores, torturadores y ejecutores extrajudiciales en el hemisferio.
En el caso hondureño, una representante de SOA Watch, la organización estadounidense que aboga por el cierre de la institución militar, denunciaba el miércoles en las Américas, entruna entrevista con TeleSur, que al menos siete de los golpistas hondureños han sido alumnos de la Escuela dee ellos el gorila principal, el general Romeo Vázquez Velázquez, y el jefe de la fuerza aérea, general Luis Javier Prince Suazo.
James Hodge y Linda Cooper, del Nacional Catholic Reporter, publicaban el día 15 los nombres de otros graduados hondureños de SOA vinculados al golpe o empleados por el régimen de Micheletti:
General Nelson Willy Mejía Mejía, designado como director de inmigración, quien obtuvo de Estados Unidos la Medalla de Servicio Meritorio, porque fue oficial de inteligencia del infame Batallón 3-16, un verdadero escuadrón de la muerte durante la guerra sucia de Reagan en Centroamérica.
Coronel Herberth Bayardo Inestroza Membreño, principal abogado del ejército hondureño, quien en entrevista con el Miami Herald dijo que el secuestro y expulsión forzosa del presidente Zelaya, era «un crimen» justificable.
Como director de relaciones públicas del ejército está el teniente coronel Ramiro Archaga Paz; y por dos veces se ha graduado en cursos de SOA el coronel Jorge Rodas Gomero, ministro de Seguridad del gobierno de Zelaya y que sigue en el cargo con los golpistas.
También en entrevista con el programa radial y televisivo Democracy Now, un importante y prestigioso sitio de la prensa alternativa estadounidense, el médico Juan Almendares, destacado activista de los derechos humanos en Honduras, y el sacerdote estadounidense Roy Bourgeois, fundador de SOA Watch, vincularon el golpe con la Escuela de las Américas.
Entre 2001 y 2008, la «Escuela para Golpes» entrenó 431 oficiales hondureños y para este año 2009 tiene en proyección 88, según reconoció Lee Rials, oficial de relaciones públicas de SOA/WHINSEC, quien no dio los nombres de ninguno de esos militares, acorde con las órdenes que desde el año 2005 dio el Departamento de Defensa de EE.UU. El Pentágono suprimió esa información, tras las revelaciones de que la escuela había enrolado a muy conocidos violadores de los derechos humanos.
Aunque la Ley de Apropiaciones para Operaciones en el Exterior de EE.UU. plantea que la ayuda militar y el entrenamiento deben suspenderse cuando existe un golpe de estado, y el propio presidente Barack Obama calificó así a lo ocurrido en Honduras contra el presidente Manuel Zelaya, Rials confirmó que se mantienen al menos dos oficiales hondureños en el curso de Mando y Personal: «Bueno, todo lo que sé es que ellos están aquí, y ellos están en clases», a lo que agregó que la decisión de continuar entrenando a hondureños es «puramente una política de gobierno», y probablemente no era SOA «el único lugar» donde estudian militares hondureños.
Bueno, la escuela de cuya Junta Directiva formó parte Otto Reich sigue ofreciendo sus buenos servicios a los golpistas hondureños, y si todavía tiene posibilidad de asesoramiento, de seguro el halcón recomendará no solo proseguir, sino aumentar las capacidades de formación para los golpistas.
Sigamos en la pista del ottoEl día antes de la misiva ottoniana, en la edición digital de la revista Counterpuch, Nicolás Kozloff publicaba un enjundioso trabajo bajo el título Honduran Destablization, Inc., y el epígrafe incluía la indicación exacta de la compañía en campaña desestabilizadora: «Otto Reich y el Instituto Internacional Republicano» (IRI).
Kozloff mismo daba sus avales para opinar del caso: «Cuando se trata de maquinaciones e intervencionismo de Estados Unidos en América Latina, yo no soy un inexperto: en los últimos cinco años, he escrito dos libros sobre los trabajos desde adentro de la política exterior norteamericana al sur de la frontera, así como docenas y docenas de artículos publicados en Internet o en mi blog. Como resultado, cuando la administración Obama clamó que conocía que una tormenta política se estaba fermentando en Honduras pero que fueron sorprendidos por el golpe militar que actualmente tiene lugar, esto injurió mi credibilidad».
Kozloff mencionó los datos suministrados desde un principio por la abogada e investigadora venezolana-estadounidense Eva Golinger, quien en su blog había revelado elementos interesantes que, si bien no eran prueba de un involucramiento directo de Washington en el golpe, no dejaban dudas de una desestabilización indirecta.
El eje estaba en el IRI (Instituto Republicano Internacional), un grupo financiado por el gobierno de Estados Unidos en decenas de millones de dólares y dinero privado, que está presidido por el senador republicano por Arizona y ex candidato presidencial John McCain. El International Republican Institute expone muy buenos y estrechos vínculos con grupos conservadores de la sociedad hondureña y también en otros lugares del planeta, dedicado como está a «promover la democracia».
Por cierto, McCain fue el anfitrión de un grupo de representantes del golpismo hondureño que por su invitación acudieron a Washington a tratar de convencer a los congresistas estadounidenses de su «legalidad». Más claro, ni el agua.
Otra que está en el negocio de la subversión y por supuesto en este golpazo, es la USAID (Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos), la que tiene entre sus recipientes de jugosos donativos al COHEP, Consejo Hondureño de Empresas Privadas, un viejo adversario del gobierno del presidente Manuel Zelaya, decían los periodistas-investigadores, y por supuesto entidad que también está detrás de la asonada.
Kozloff utilizó además como fuente para las revelaciones del papel de Otto Reich y comparsa, al periodista de la radio neoyorquina WBAI, Bill Weinberg, fundador del sitio web World War 4 Report, quien en una edición dominical de esa publicación introdujo un artículo titulado ¿Está Otto Reich detrás del golpe en Honduras?, donde mencionaba que la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) había denunciado que Reich y la Fundación Arcadia, de Washington, estaban envueltos en el golpe.
La Arcadia es otra de esas organizaciones dedicadas a promover «buen gobierno e instituciones democráticas», términos que esconden las presiones estadounidenses para que el mundo entero sea a su imagen y semejanza. Fue fundada por un ugandés vinculado al Banco Mundial, y por el venezolano Robert Carmona Borjas, abogado del golpista Pedro Carmona, El Breve, y no sé si familia. ¿Qué les parece?, otro eslabón en la cadena conspirativa y ejecutoria del rompimiento del orden constitucional y la violación de los derechos soberanos del pueblo catracho.
Anoten también este dato: a raíz de la entrada de Honduras en el acuerdo integrador del ALBA, el año pasado, en una entrevista con medios hondureños, creo que con el diario La Prensa, Reich hizo una amenaza velada que debe ahora tenerse en cuenta como evidencia: «si el presidente Zelaya quiere ser un aliado de nuestros enemigos, debe pensar que pueden haber consecuencias para sus acciones y palabras».
Pero todavía queda más bajo el tapete.