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«No queremos lo que pertenece a otros; no entregaremos Kosovo», dice este graffiti en Belgrado, la capital de Servia. Foto: AP Bruselas, enero 5.— La solución a la cuestión del estatus definitivo de la provincia serbia de Kosovo, sobre la que pende la amenaza del separatismo alentado por EE.UU., es uno de los asuntos más urgentes que afronta la UE en la vuelta al trabajo de sus instituciones en 2008.
«Es lo más urgente que tenemos entre manos», expresó a la agencia española EFE Cristina Gallach, portavoz del Alto Representante para Política Exterior y Seguridad Común, Javier Solana.
El objetivo de la UE es lograr la unidad entre sus 27 miembros —hasta ahora no alcanzada— para permitir el despliegue de una misión civil y policial en esa provincia serbia de mayoría albanesa, de cara a una declaración de independencia unilateral por parte de los albanokosovares, que probablemente esperará aún algunos meses.
En el primer semestre de 2008, la Presidencia de turno de la UE es ejercida por Eslovenia, país resultante de la desintegración de Yugoslavia, que considera necesario «reconocer la realidad» de los Balcanes, en referencia a la independencia de Kosovo.
Por otra parte, la ratificación del Tratado de Lisboa y la continuación del proceso de ampliación de la Unión serán otras cuestiones claves para este año.
Respecto al primer tópico, la ratificación del Tratado de Reforma del eurobloque es clave, pues el objetivo es lograr una rápida ratificación, de modo que el texto entre en vigor el primero de enero de 2009.
Para lograrlo, dicha ratificación se prevé que ocurra por vía parlamentaria en casi todos los países —excepto Irlanda, que efectuará un referéndum—, sutil manera de esquivar inquietantes opiniones de rechazo al Tratado, como hicieron franceses y holandeses en 2005 respecto al proyecto de Constitución Europea.
En cuanto a la ampliación, la UE continuará negociaciones de adhesión con Croacia y Turquía, aunque el proceso sigue bajo la oposición de Francia y otros países al ingreso de esta última.
