Si Hipócrates hubiera tenido acceso a la red de redes que es internet, en la Grecia Antigua, a lo mejor hubiera cambiado algunos puntos de su famoso juramento, base ética de los médicos, o por lo menos hubiera incluido un acápite más pidiendo cordura a los «doctores digitales».
Y es que se ha convertido en costumbre de muchas personas, en el mundo pero también en Cuba, acudir a sitios de salud en Internet para «autodiagnosticarse» ante disímiles enfermedades, e incluso «autorecetarse» ante cualquier malestar que sientan.
El fenómeno, si solo fuese la búsqueda de información, no sería tan alarmante. Pero hay quienes no se limitan solo a esto, sino que incluso llegan «papel en mano» de cualquier fuente, impreso, a discutirle una decisión a un médico, o simplemente no acuden a este.
No al doctor GoogleEstudios recientes realizados en Estados Unidos muestran que un creciente número de personas —tanto como el 40 por ciento de los adultos encuestados para un informe sobre consumo de 2006— están buscando información sobre su salud en internet.
Sin embargo, muchos de ellos obtienen resultados contradictorios, como lo demuestra el hecho de que el 41 por ciento de los médicos de atención primaria dijo que sus pacientes habían acudido a la consulta con información errónea bajada de internet.
Ante esa realidad, la Asociación Médica Americana lanzó una advertencia por la proliferación de páginas web con información inadecuada, que pueden confundir a las personas e incluso poner en peligro su salud, por lo cual indicó a los pacientes que no consulten al Dr. Google, sino a un médico de carne y hueso.
Promover salud, no asustarCuba tampoco está ajena al mal de las consultas on line. Si bien no disponemos de estadísticas al respecto, en más de una ocasión he recibido solicitudes, no solo personales sino incluso a vuelta de correo, para que les facilite alguna información relacionada con temas de salud.
Incluso algunos sitios cubanos brindan este tipo de servicios, como es el caso de Consultas Médicas, ubicado en el sitio www.cuba.cu, de la Empresa de Tecnologías de la Información y Servicios Telemáticos, CITMATEL, donde se puede encontrar informaciones sobre un gran número de enfermedades: síntomas, prevención, control, tratamientos y consejos.
Esta web, no obstante, ha sido montada con gran rigor científico por reconocidos especialistas en cada una de las materias, e incluso brinda hipervínculos para visitar páginas de importantes centros asistenciales o la del Club de los 120 años, contentiva de consejos para una mejor calidad de vida.
Otro de los sitios con gran información es precisamente la red Telemática de Salud de Cuba, Infomed, considerada como uno de los portales más importantes y completos de su tipo, que fuera galardonado por ese motivo en el año 2003 con el Premio Estocolmo Challenger, que se entrega a las mejores web temáticas del mundo.
La gran diferencia entre estos sitios y otros de su tipo en otros países es que mientras los cubanos buscan promover una cultura de vida saludable y algunos servicios médicos de cara al extranjero, pululan en otros lares los que piensan en una manera fácil de enriquecimiento, intentando combinar el susto de los cibernautas ante posibles «enfermedades», con la venta de tratamientos o medicamentos, a veces a través de la propia internet.
Buscar donde no debeCada vez son más los especialistas que consideran sumamente difícil vencer el atractivo señuelo de la caja de búsqueda por palabra «clave» del Dr. Internet. «Ahora más que nunca, los motores de búsqueda son absolutamente centrales en la forma en que la gente investiga», afirmó al periódico norteamericano The New York Times, Susannah Fox, directora asociada de Pew Internet and American Life Proyect, que el año pasado publicó un informe acerca de la búsqueda de información sobre salud en internet.
«En los primeros tiempos lo que encontrábamos era que la mayoría de las personas recurría a los sitios especializados en salud. Pero ahora vemos que eso es lo que hace la gente mayor. El resto de la población realmente confía en los algoritmos de los motores de búsqueda para obtener resultados útiles», subrayó la especialista.
No por gusto ahí radica la mayor alarma de los galenos, quienes alertan sobre el hecho de que las «consultas por Internet» no se hacen con un médico, sino contra una base de datos que aleatoriamente combina preguntas contra posibles respuestas introducidas de antemano, con lo cual el margen de error es mayúsculo.
Si a esto se une el hecho de que no hay contacto físico entre paciente y médico, ni pruebas complementarias, o que las personas tienden a dimensionar sus síntomas, no es raro que preguntando sobre tos y fiebre, encuentre espantado que un sitio le diga que usted tiene tuberculosis.
El mejor doctorAunque la telemedicina avanza a pasos agigantados y en no pocas partes del planeta, incluyendo a Cuba, se hacen interconsultas a través de la web y hasta operaciones transmitidas al otro lado del océano, la problemática no radica en el uso, sino en el abuso de sitios o de una modalidad destinada a especialistas y no a neófitos en la materia.
No obstante, a pesar de las alertas ante los «autodiagnósticos» y las «automedicaciones», no son pocos los que afirman que en vez de atacar, es mejor aprovechar estas potencialidades para influir en lograr una mejor salud.
Por eso, a las regulaciones sobre la venta de medicamentos por internet, se han unido las campañas sobre temas como el cáncer de mama, el daño del alcohol, el tabaco o las drogas, que auspician centros asistenciales y fundaciones diversas.
No se trata de excomulgar la búsqueda de información o la adquisición de mayor cultura en salud, lo cual es totalmente válido como información. Pero ante cualquier malestar, el médico es el más indicado para diagnosticar y recetar. Resulta fatal olvidar aquel viejo refrán de que no hay enfermedades, sino personas enfermas.