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BLACKSBURG, Virginia, abril 17.— Cho Seung-Hui, estudiante sudcoreano de Literatura Inglesa de la Universidad Virginia Tech, fue identificado como el autor de la masacre que dejó 33 muertes este lunes en esa institución y se hizo público también que dejó una nota en su dormitorio en la que criticó a los «chicos ricos», la «degeneración» y los «charlatanes mentirosos» de la universidad.
«Ustedes me hicieron hacer esto», escribió Cho según fuentes citadas por la cadena ABC.
Versiones de prensa afirman que los escritos del joven de 23 años eran tan «perturbadores» que fue enviado a un terapeuta, a la vez que le señalan que habría estado tomando drogas antidepresivas y paulatinamente se hizo más violento y errático.
Según AP citando a las autoridades, Cho Seung-Hui llegó a Estados Unidos en 1992 procedente de Corea del Sur, cuando era un niño, y creció en los suburbios de Washington, D.C. Vivía en un sector de la universidad, en una residencia de estudiantes diferente a donde comenzó el lunes la matanza, considerada la peor en la historia estadounidense.
La policía y las autoridades universitarias no ofrecieron datos que puedan explicar qué causó su estallido de violencia, y el vocero de la universidad, Larry Hincker, dijo que «era un solitario, y estamos teniendo dificultades para encontrar información sobre él».
El asesino utilizó dos armas en su ronda de muerte: una Glock 19 de 9 mm, por la que pagó 571 dólares unas semanas antes, y una Walther .22. La agencia DPA recuerda que Cho contaba con la llamada green card o permiso de residencia, por ser «residente de largo plazo», y por tanto según las leyes del estado de Virginia le estaba permitido comprar armas como a cualquier ciudadano estadounidense.
Por su parte, Notimex comenta que con la masacre del Tecnológico de Virginia se ha reavivado el debate sobre la violencia en Estados Unidos, donde las muertes por armas de fuego son la segunda causa de fallecimiento, luego de los accidentes viales, entre los estadounidenses de entre 15 y 24 años de edad, grupo al que pertenecía también la mayoría de las víctimas.
Los más recientes datos del Centro Nacional de Estadísticas de Salud revelaron que tan solo en 2004, un promedio de 93 personas por día murieron por armas de fuego, un total de 34 231 en el año, mientras unas cien mil fueron atendidas en salas de emergencia en el mismo período.
Añade Notimex que la violencia por armas de fuego en Estados Unidos supera por mucho a la del resto de las 25 naciones más industrializadas del mundo, en un hecho que algunos analistas relacionan directamente con la libertad existente en este país para adquirir y utilizar armamentos.
Comprar una ametralladora en Virginia es tan fácil como adquirir un rifle de cacería, de acuerdo con la Campaña Brady para prevenir la Violencia de las Armas. La falta de restricciones ha facilitado que el 49 por ciento de los hogares en Estados Unidos tenga un arma de fuego y el 31 por ciento de sus residentes adultos (unos 52 millones de personas) posean una pistola, revólver o rifle.
A pesar de que este martes hubo una ceremonia de recordación por las víctimas en los predios de Virginia Tech, a la que asistió el presidente George W. Bush quien pronunció un discurso de seis minutos, las críticas se han escuchado también respecto a la actuación de las autoridades, lo que motivó que Charles Steger, rector de la entidad, en entrevista con CNN, defendiera la decisión de las autoridades universitarias de no alertar de inmediato a los estudiantes acerca del primer tiroteo ocurrido en los dormitorios.
Algunos estudiantes dijeron que la primera información fue enviada por correo electrónico a las 9:26 de la mañana, luego que el segundo tiroteo ya había comenzado en las aulas del Norris Hall.
El clima en Virginia Tech era de conmoción y duelo, pero todavía no se conoce la identidad de todas las víctimas y las autoridades dijeron que 12 estudiantes permanecían hospitalizados el martes, en condición estable.
