QUITO, febrero 1ro.— Gustavo Larrea, ministro de Gobierno ecuatoriano, afirmó este jueves que no descarta la posibilidad de conformar un Tribunal Electoral paralelo si el presente no facilita la consulta popular para establecer una nueva Asamblea Constituyente, tras reunirse el miércoles con el Congreso sin obtener ningún acuerdo, informó DPA.
«Creemos que esa posibilidad es de última instancia y si es posible ir a la consulta sin fricciones, es mejor para el país», comentó, según AFP.
Larrea dijo que «solo hubo un diálogo con el líder del Parlamento, Jorge Cevallos, y jefes de bloques, en el cual el ejecutivo se comprometió a garantizar el funcionamiento de ese órgano de poder», indicó PL.
No obstante la ausencia de acuerdos, el Ministro señaló que se tendieron puentes de diálogo para «salir de la crisis. Se trata de evitar que el proceso siga estancado, creo que es un deber del ejecutivo exigirle al legislativo que no obstruya la consulta», apuntó, citado por AFP.
Medios políticos de izquierda manifiestan escepticismo por este diálogo, pues no creen que los bloques de derecha viabilicen la consulta sin antes hacer cambiar al estatuto de la Constituyente en beneficio de sus intereses, destacó la agencia de prensa latinoamericana.
Según voceros del Congreso, existen tres informes sobre este tema y en cada uno se trata de arrastrar al presidente Rafael Correa hacia un camino escabroso, supuestamente constitucional, para dilatar el proceso, amañarlo y que el referendo se haga en el 2008.
Asimismo, DPA señaló que el Ministro de gobierno negó los rumores de que el gobierno planee disolver el Congreso luego de que se agudizaran las tensiones entre ambas instancias, tras los enfrentamientos violentos que sucedieron el martes, cuando miles de manifestantes asaltaron la sede parlamentaria y se enfrentaron a la policía.
El parlamento ha dicho que tratará el pedido de consulta popular la próxima semana y su decisión será remitida al Tribunal Supremo Electoral para que resuelva en última instancia.
Al respecto, el presidente Rafael Correa aseveró que «esta es la última oportunidad de realizar un cambio pacífico» y apuntó que ante el fracaso, «el próximo cambio tendrá que ser con mucha violencia».