Río de Janeiro, 2 junio._ Lejos de lo que pudieran pensar algunos, los resultados de los comicios celebrados la víspera, que definieron llegar a un segundo turno para elegir presidente, abren hoy un abanico de oportunidades a Brasil, reporta PL.
El propio mandatario Luiz Ignacio Lula da Silva, que en su campaña por la reelección tuvo que enfrentar a tres polémicos candidatos opositores, ve con alivio simplificado el camino.
Ahora, en los debates que se avecinan, podrá al menos discutir con uno de ellos racionalmente ciertos asuntos con el debido rigor y no esperar los ataques masivos y ofensas que le habían impuesto con la fórmula de "todos contra Lula".
El gobernante confesó sentirse victorioso con los resultados de anoche, porque en el fondo logró que ninguno de sus tres principales oponentes lo superaran.
Ahora tiene además la posibilidad de polarizar las fuerzas, y buscar la unidad de la izquierda y los movimientos sociales, que se habían dividido ante las alternativas.
Y es que la batalla electoral que se avecina es de definiciones contra del neoliberalismo y las privatizaciones; a favor de los proyectos sociales, los derechos de la ciudadanía y en defensa de la soberanía.
Tal vez por eso, en sus primeras declaraciones después de conocer que iría a segundo turno, Lula comentó que ello le dará más tiempo para explicar a la población las acciones de su gobierno y los planes y propósitos que se ha trazado para un segundo mandato.
La jornada de la víspera demostró la extraordinaria fuerza que ejerce el voto de más de 125 millones de brasileños.
Probó además la rapidez con que funciona el mecanismo de consulta electoral y la confianza de muchos en instituciones y organizaciones.
También permitió elegir a 17 gobernadores, definir quienes disputarán las 10 plazas restantes, así como cuales figuras representarán a los 27 estados en el Senado, y escogió diputados al Congreso Federal y las asambleas estaduales.
El evento electoral tuvo incidentes y hasta episodios curiosos.
Unas 500 personas fueron arrestadas por hacer propaganda en centros de votaciones, hubo que cambiar más de dos mil urnas electrónicas defectuosas y fue preciso rescatar a integrantes de una mesa electoral retenidos por indígenas, que pretendían cambiarlos por alimentos.