El presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad fue saludado por el canciller cubano Felipe Pérez Roque. Foto: AP NACIONES UNIDAS, septiembre 19.— Dignatarios de más de cien países dieron comienzo este martes a diez días de debates en torno a cruciales problemas mundiales que van desde las crisis políticas y los estragos del subdesarrollo económico hasta los brotes de epidemias implacables.
La mayoría de los participantes en estos análisis llegaron a esta sede mundial en la ciudad de Nueva York después de lograr consenso sobre muchos de esos complejos problemas durante la recién concluida XIV Cumbre del Movimiento No Alineado en La Habana, puesto que ese bloque de 118 países equivale a casi los dos tercios de los miembros de la ONU y acordaron desempeñar un papel más prominente en el enfrentamiento a serios desafíos como el uso de la fuerza en las relaciones internacionales, informó el corresponsal de Prensa Latina en la ONU, Tomás A. Granados.
Según DPA, Kofi Annan se dirigió a los líderes políticos por última vez como secretario general de la organización mundial al dejar abierto el debate y luego de una década de mandato, y aunque habló de logros también tuvo que admitir que no se han podido alcanzar avances en los que calificó como tres grandes retos del mundo: la seguridad global, el desarrollo económico y el respeto a los derechos humanos en todo el planeta.
Entretanto, cientos de personas se manifestaron en Nueva York contra el presidente estadounidense George W. Bush y la guerra de Iraq. «Bush maldito mentiroso» y «asesino» decían algunos de los carteles y pancartas de los manifestantes. Corroborando esa apreciación dijo en su discurso: «Mi país ansía la paz», pidió una vez más apoyo a su guerra «contra el terrorismo» y lanzó las habituales diatribas contra Irán y Siria.
El presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad también ocupó el estrado para proponer un nuevo orden mundial puesto que —dijo previamente en una entrevista televisiva— «la atmósfera actual en el mundo está llena de hostilidades, tensiones, conflictos y arrogancia, y eso no puede conducir al mundo hacia la tranquilidad y la paz estable».
Otros oradores de este martes fueron el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, quien se refirió a la lucha contra el hambre y la pobreza en el mundo y recordó las incumplidas promesas y metas del milenio mientras se gastan cientos de miles de millones en conflictos y guerras.