El peor problema no es la pérdida de la erección, porque existen tratamientos médicos que pueden ayudar. El inconveniente es que él no se interesa en revertir la situación
G.: Mi esposo está presentando una disfunción eréctil desde hace un año. Ha padecido toda su vida de la columna y hace cinco meses quedó disponible en su trabajo. Además, estuvimos separados por diez años. Él tuvo varias relaciones nada serias. La última fue hace un año y vivió con ella tres meses. Yo tuve que regresar a mi casa, que es la de él y mis hijos, pues nunca la dividimos. Él dice que volvió por mí, pero nuestras relaciones sexuales no han sido satisfactorias. Hemos conversado y él no quiere buscar ayuda. En su juventud siempre fue un hombre sexualmente activo y esto me preocupa. Soy una mujer de 53 años.
No puede obligarlo a atenderse. Solo puede definir qué hará usted en caso de que esta situación perdure. Tal vez sea usted quien deba beneficiarse con la consulta sicológica.
El peor problema no es la pérdida de la erección, porque existen tratamientos médicos que pueden ayudar. El inconveniente es que él no se interesa en revertir la situación. Un sicólogo, un urólogo y otros especialistas pueden ayudar, pero es imprescindible que él quiera atenderse. El médico de familia debe ser el primero en consultarlo, porque con su evaluación inicial determina posibles causas del problema e indica el mejor especialista para su caso.
Por su carta se puede inferir que hace un año retomaron la relación que estuvo deshecha todo un decenio. Desde entonces, la intimidad ha sido desagradable. Tal vez haya algo más que no esté funcionando entre ustedes, aunque ahora no lo perciba.
Se precisa atender muchos detalles hasta reacomodarse cuando se retoma una relación después de haber estado separados tanto tiempo. La relación en sí misma pudiera ser otro detonante de esta situación.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Sicología clínica