Y.S.: Hace cuatro años comencé con mi novio, a quien quiero con todo mi corazón. Pero los celos se han apoderado de mí, tanto que hemos tenido varias discusiones y él ha estado a punto de separarse en más de una ocasión. Yo no consigo vivir sin él, aunque tampoco sé cómo resolver este problema.
Antes de resolver un problema es preciso identificar cuál es su verdadera naturaleza. Aunque los celos parecen ser lo peor, en realidad ellos aparecen como una respuesta ante lo que va faltándonos.
No suelen tener la misma dinámica los celos en los hombres y en las mujeres, aunque en todos responden a lo que falta. Suele decirse que hay celos cuando se supone en riesgo al ser amado, porque este prefiere a otra persona, quien podría acaparar parte de su amor, atención o reconocimiento. No siempre están fundamentados en un suceso real y hay diferentes niveles de intensidad del malestar que se experimenta.
Generalmente, si ella no percibe que es objeto del deseo de él, si nada le muestra que es la elegida, puede experimentar un malestar significativo. Resulta más fácil, a veces, suponer que otra persona es la causa del problema.
No resuelvas estos celos sin antes analizar qué te sucede con este hombre que te hace pensar que busca a otras y tienes que reclamar tanto su reconocimiento, tu reafirmación. ¿Es qué percibes que no eres objeto de su deseo? ¿Es que ningún signo de amor te resulta suficiente? ¿Qué sucede cuando no te muestras celosa? ¿Acaso querrás algo más que no te atreves a decir? Son solo algunas preguntas para analizar estos celos antes de eliminarlos, pues hoy son la señal de que algo no marcha según lo esperado y se requieren otras invenciones.
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