Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

¡Humo, fuera de mi cama!

El consumo sistemático de tabaco afecta el sentido del gusto y la producción de saliva sana, útil para muchas prácticas sexuales

Autor:

Mileyda Menéndez Dávila

Fumar no te da ni personalidad ni madurez. Te da cáncer.

                                                                         Anónimo

Un estudio sobre tabaquismo en adolescentes de dos escuelas preuniversitarias de la ciudad de Pinar del Río (publicado en 2017 en la Revista Cubana de Pediatría) arrojó que el 68 por ciento de los sujetos entrevistados no veía el hábito de fumar como adicción o enfermedad, e incluso entre quienes sí lo veían, muy pocos declararon tener intenciones de abandonarlo.

En el imaginario social de esas edades prevalece —¡a estas alturas!— la idea de que fumar es un recurso para parecer más adultos y conquistar parejas, mito avalado por respuestas que usaron calificativos como sensual, atractivo, estimulante, fuente de felicidad, necesidad, relajación…

Los posibles daños a la apariencia personal fueron minimizados en las opiniones de los encuestados, refleja el artículo firmado por las galenas Seila Iglesias Carbonell, Yaricel Mendiluza Nazco y Yanín Arteaga Prado. Menos aún se piensa en consecuencias a largo plazo en la salud o en la vida sexual, que tantos deseos tienen de dominar con sus «encantos».

Al profundizar en el ambiente de vida, el estudio constató que el 86,5 por ciento convivía con un fumador, el 65 por ciento con más de uno y al menos uno de cada diez fumaba en casa.

Casi la mitad de las familias consideraban que en esas edades sería un hábito pasajero, pero las cifras nacionales desmienten esa perspectiva: el 20 por ciento de la población cubana mayor de edad fuma varias cajetillas de cigarros al mes, o varios tabacos.

¿Qué estás quemando?

En el sitio sanitas.com se reporta que aproximadamente el 27 por ciento de los problemas de erección tienen su origen en el tabaco, y que la disfunción eréctil es 2,5 veces más frecuente en hombres fumadores, sobre todo menores de 50 años.

A partir de esa edad, refieren varias investigaciones, otros factores adquieren un peso más evidente, como problemas endocrinos o circulatorios y una actividad sexual más espaciada. Pero el tabaquismo sigue siendo causa indirecta como precursor del riesgo cardiovascular y la aparición de arterioesclerosis (arterias rígidas y tupidas), lo cual genera varias disfunciones sexuales al afectar la irrigación sanguínea de los genitales.

Aún es más frecuente en hombres (sobre todo hacia edades superiores), pero cada año se suman más mujeres. A mayor cantidad de nicotina en el organismo, peor trabajan algunas hormonas, como la testosterona, implicada en el deseo, el goce y el desempeño erótico.

Daños a terceros

Los llamados fumadores pasivos (pareja, hijos, padres y otros familiares) tienen un 25 por ciento más de probabilidad de sufrir una cardiopatía que otras personas en ambiente libre de tabaco. Una hora respirando el mismo aire equivale a fumarse tres cigarrillos.

¿Acaso es bueno fumar al terminar el acto sexual? La mayoría de las posturas sexuales sacuden y renuevan el aire acumulado en la parte baja de los pulmones, lo cual es muy beneficioso, pero los obliga a trabajar en alta demanda, ideal para sanar cuerpo y mente si lo que se respira es aire limpio. 

Solo razona: después de hacer ejercicios fuertes, la demanda de oxigeno del cuerpo es mayor, y sin duda los minutos que siguen a esa sesión erótica suelen estar en el rango que todo el mundo describe como necesidad de «tomarse un respiro».

Si uno de los participantes prende un cigarrillo, contamina el espacio común y echa por tierra el buen trabajo de desintoxicación que proporciona el sexo, altera el balance hormonal logrado y afecta sus posibilidades de paladear, literalmente, el momento.

El consumo sistemático de tabaco afecta además el sentido del gusto y la producción de saliva sana, útil para muchas de las prácticas sexuales.

Las personas muy fumadoras tienden a respirar por la boca con más frecuencia, y está demostrado que el sexo mejora cuando tenemos el hábito de respirar por la nariz, porque las conchas nasales están recubiertas por un tejido similar al del clítoris y los pezones, y funcionan como reservorios de óxido nítrico, una molécula clave para abrir las vías respiratorias y facilitar la vasodilatación de los cuerpos cavernosos.

Según Patrick McKeown, autor del libro La ventaja del oxígeno, es posible que quienes respiran más por la nariz experimenten un mayor deseo porque le aseguran al cuerpo un suministro constante y fluido de este gas, empleado en la fabricación del sildenafil (principio activo del Viagra) y otros fármacos que mejoran la función sexual.

Los hombres y mujeres que dejan de fumar recuperan su vida sexual con bastante normalidad, pero si empezaron desde adolescentes y demoran en dejarlo, persistirá el riesgo de padecer una disfunción eréctil aguda, como consecuencia de una exposición prolongada a los efectos nocivos del tabaco.

Si aún no te convences, la Red cubana para el control del tabaquismo https://temas.sld.cu/tabaquismo) propone un sinnúmero de noticias y publicaciones acerca de ese mal hábito y los pasos que se dan en Cuba y el mundo para disminuirlo, especialmente en edades tempranas. Su lema es Todos merecemos respirar salud... Y también disfrutar del sexo, ¿no te parece?

 

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.