En la entrevista online concedida por especialistas de Prosalud a JR el Virus del Papiloma Humano suscitó numerosas preguntas, sobre todo por su capacidad de permanecer indefinidamente y la ausencia de un tratamiento eficaz para todo el mundo
El ser humano amenaza con hacer precisamente lo que de otro modo casi nunca les sucede a los sistemas vivos: sofocarse a sí mismo.
Konrad Lorenz, etólogo austriaco.
En la entrevista online concedida por especialistas de Prosalud a JR, además del VIH suscitaron preguntas otras infecciones de transmisión sexual (ITS), sobre todo el Virus del Papiloma Humano (PVH), por su capacidad de permanecer indefinidamente y la ausencia de un tratamiento eficaz para todo el mundo.
La sicóloga Yisel Justi Tamayo explicó que los síntomas aparecen entre el primer y octavo mes después de haber estado en contacto con el VPH. Esas pequeñas verrugas (llamadas condilomas) se pueden observar en el pene, la vagina o el ano. Por lo general se siente ardor o comezón alrededor de los órganos sexuales, y como el virus permanece en el cuerpo, esas molestias pueden desaparecer y volver a aparecer.
«En caso de tener este virus, lo más importante es acudir al médico tempranamente para su tratamiento y protegerse en todas las relaciones, para evitar infectarse de otras ITS y proteger a otros. En caso de ser una mujer, esta puede transmitírselo al bebé a la hora del parto», puntualizó.
El doctor Gerardo Coll, especialista en Ginecología y Obstetricia, profundizó en el tema al explicar que el riesgo de contraer VPH y los dos tipos de VHS (virus del herpes simple) es real, y las medidas para prevenirlos son las mismas que para el VIH y otras infecciones de origen bacteriano, parasitario y causadas por hongos, particularmente el uso de preservativos y el sexo seguro.
La relación entre las ITS y el VIH es evidente, subraya, desde la posibilidad que tienen de adquirirse de igual modo por la vía de las relaciones sexuales desprotegidas, y porque una vez infectada con VIH y ante la posibilidad de padecer sida (enfermedad caracterizada por un deterioro del sistema inmunitario, al no tener anticuerpos para defenderse), la persona se torna más propensa a adquirir otras infecciones, o sea, su riesgo es mayor que el de otras personas no infectadas por el VIH.
Incluso sin ese agregado, la infección por VPH y VHS implica riesgo de padecer enfermedades inflamatorias de la pelvis e infertilidad, y si hay embarazo se pueden presentar situaciones complejas, como la obstrucción del canal del parto o el peligro de transmitir la infección al recién nacido, lo que lleva a recurrir a cesárea, entre otras complicaciones no men os importantes.
En el hombre las manifestaciones clínicas no son siempre tan evidentes, pero también pueden padecer estas infecciones y transmitírselas a la pareja, y algunos presentan dificultades en las relaciones sexuales y llegan a sentir ardor, picazón, úlceras…
Ante la duda de una adolescente, la sicóloga Yainerys Pérez Acuña, coordinadora nacional de la Consejería en VIH/ITS-sida, insistió en que no es conveniente automedicarse ni echar cualquier producto en los genitales si se sospecha una ITS: «Muchas veces el tratamiento que usamos esconde los síntomas sin curar la infección. Es importante que visites al médico en compañía de un adulto para que recibas la atención y tratamiento que necesitas. Tanto la preocupación excesiva como la falta de atención pueden provocarte mayores molestias durante más tiempo y dejarte expuesta a nuevas infecciones de transmisión sexual». Este es un consejo válido para personas de cualquier género, edad y prácticas sexuales cotidianas.
También hubo preguntas sobre la gardnerella, su relación con la higiene íntima y el rol de la pareja en la reinfección. Al respecto el doctor Coll explicó que la infección asociada a este microbio se llama vaginosis bacteriana y se transmite por contacto sexual, pero puede padecerse desde mucho tiempo antes de que se diagnostique y por tanto haberse adquirido en el curso de relaciones anteriores a la pareja actual.
El experto insistió en la conveniencia de que ambos hagan el tratamiento médico para acabar con los gérmenes, porque si uno de los dos la tiene y no se protegen durante el acto sexual, también el otro la padecerá. De todas formas es importante que no se culpen uno al otro, puntualizó, «porque valen más los valores que han propiciado esa unión y los que cotidianamente están construyendo, que son los que verdaderamente les dan sentido a la vida y a esa relación. Cumplir ambos el tratamiento y protegerse siempre, créanme, es la mejor opción».
Un aspecto importante recalcado por el doctor Coll es que muchas veces las ITS son polimicrobianas: varios agentes pueden infectar a un organismo al mismo tiempo; por ello es posible encontrar a una persona con estas varias infecciones al mismo tiempo, lo que a su vez constituye una puerta de entrada a otras ITS, como el VIH, y además complica los tratamientos y las consecuencias.