Ante la producción acelerada de plásticos, el mundo se sumerge en una crisis imposible de ignorar, mientras numerosas naciones proyectan sus intereses y estrategias para un mejor futuro. Cuba se encuentra entre ellas
Pomos, cubiertos, vasos, pozuelos, bolsas de nylon… todos los objetos de plástico que utilizamos en nuestra vida diaria, ¿a dónde van a parar? Gran parte de los residuos queda en la superficie terrestre, pero la mayoría va hacia el mar. Una vez allí, ¿qué sucede después?
No podemos clonar a Thilafushi, la isla convertida en vertedero de las Maldivas. De hecho, lo que se percibió como una solución temporal ante la creciente presencia de los plásticos en los desechos, en la actualidad se ha convertido en un gran problema medioambiental. Entonces, con la producción acelerada de plásticos, el mundo se sumerge en una crisis imposible de ignorar y ante la cual numerosas naciones proyectan sus intereses y estrategias para un mejor futuro. Cuba se encuentra entre ellas.
Los residuos plásticos son los más abundantes en el mundo. Se producen más de 400 000 000 de toneladas métricas de plástico al año, y los expertos advierten que será el triple en 2040, si se mantiene la tendencia actual, sin olvidar que menos del 10 por ciento de los plásticos son reciclados.
Se estima que los costos sociales y medioambientales asociados con la contaminación por plásticos superan los 1,5 billones de dólares anuales. Además, su producción y uso podría representar el 19 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero en un escenario de calentamiento de más 1,5 grados Celsius para 2040.
Jorge Álvarez Álvarez, experto de la Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en Cuba, precisa que los daños provocados requieren impostergables acciones.
«En tierra se liberan sustancias tóxicas y microplásticos que escurren a los ríos y pueden filtrarse en el subsuelo, afectando las aguas subterráneas y los nutrientes del suelo. Se obstruyen los drenajes, por ejemplo, y se afecta el funcionamiento de vertederos y rellenos sanitarios.
«Se afecta la navegación, el turismo… es fuerte el impacto en la biodiversidad terrestre, pero es mayor aún en la marina, evaluado en las muertes causadas por asfixia, ingestión y microplásticos, así como por la liberación de químicos peligrosos.
«Nosotros, los seres humanos, padecemos las consecuencias del riesgo potencial que, para nuestra salud, constituye ese tipo de desechos, a través
de los diversos productos obtenidos del mar, incluida la sal común.
—¿Es la contaminación el único problema del plástico?
—No es el único conflicto que genera. También es un factor causante de la crisis climática, teniendo en cuenta que se fabrica a partir de combustibles fósiles, como el petróleo crudo.
«El proceso de fabricación y quemado libera toxinas perjudiciales para la salud y el medio ambiente, entendidas en metales tóxicos, como el plomo y el mercurio; sustancias orgánicas, entre ellas dioxinas y furanos; gases ácidos, de efectos invernadero, entre otras».
A nivel internacional, especifica, encontramos la Resolución 5/14 de la Asamblea Mundial de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente, cuya propuesta es iniciar la negociación de un instrumento jurídicamente vinculante para la contaminación por plásticos, incluyendo el medio marino.
«Urge elevar la educación de la población y cambiar patrones de consumo y manejo de desechos plásticos que hoy afectan al medio ambiente», enfatiza Jorge Álvarez Álvarez.
«Esta negociación, que comenzó en noviembre de 2023 y se desea concluir este año, debe dar como resultado un nuevo tratado que comprometa a los países a adoptar planes de acción nacionales para prevenir, reducir y eliminar la contaminación por plásticos, así como el tratamiento de este material en todo su ciclo de vida: diseño, producción, uso y gestión de desechos.
«Nuestro país ha mantenido un papel muy activo en las cuatro reuniones realizadas hasta ahora. Muestra reciente de ello es nuestra presencia en la cuarta reunión de negociación, realizada en Ottawa, Canadá.
«En este encuentro se sentaron las bases para analizar en los próximos meses un mecanismo financiero de apoyo a los países en desarrollo, de manera que puedan avanzar en las aspiraciones hacia la descontaminación por plásticos. Cuba exige que sea un proceso inclusivo, transparente, y que tenga en cuenta las circunstancias y necesidades de los países subdesarrollados».
Álvarez Álvarez insiste en que Cuba apoya un instrumento que conduzca a esfuerzos comunes para resolver el problema, reconociendo las diferentes circunstancias y capacidades, y que, de alguna manera, pueda contener su auge sin comprometer el desarrollo sostenible de los países más vulnerables.
Los compromisos de cada país se materializarán en los mencionados Planes de Acción nacionales con metas medibles, acompañados de un mecanismo de monitoreo e información. Para el caso de los países subdesarrollados se reclama durante la negociación que el alcance de estos compromisos y su cumplimiento dependan del apoyo financiero y técnico que reciban, explicó.
«Serán asuntos controversiales los relacionados con el objetivo del tratado: la reducción de la producción de polímeros plásticos primarios, los productos plásticos que se regularán, los que se prohibirán a nivel global o nacional —como pueden ser algunos plásticos desechables—, las medidas de implementación a nivel nacional, la creación de capacidades, la transferencia de tecnologías y el financiamiento».
Muchos de estos artículos son envases de alimentos y bebidas y la mayoría están pensados para ser usados solo una vez (plásticos por uso). Esto supone un desperdicio de valiosos recursos.
—¿Qué hace Cuba en el ámbito nacional?
—Tenemos la Ley 150/2022, Del sistema de los recursos naturales y el medio ambiente, que establece un programa nacional para reducir la producción y uso excesivo de plásticos desechables, elevar la reutilización y reciclaje y promover remplazos con productos y medios que no generen altos niveles de contaminación en el medio ambiente.
«Además, promueve el incremento de aranceles para la importación de tecnologías y productos de plástico de un solo uso. Contamos también con la Resolución 96/2023 del Citma, reglamento para el trabajo en consumo y producción sostenibles, economía circular y la reducción paulatina de los plásticos desechables o de un solo uso.
«Por otra parte, la Estrategia Ambiental Nacional 2021-2025 aborda explícitamente la problemática de los plásticos de un solo uso, y la Estrategia para la transición hacia la economía circular (2022-2026) aborda directamente el tema.
«La Estrategia Ambiental del Sector del Turismo 2022-2026 (respaldada legalmente mediante la Resolución 59/2022 del Mintur) debe prevenir, reducir y controlar la contaminación provocada por el vertimiento inadecuado de residuos líquidos, sólidos y plásticos de un solo uso, y su meta, con vistas al 2026, es la eliminación en un 50 por ciento de la utilización del plástico de un solo uso en la actividad de alojamiento, tanto en el sector estatal como no estatal».
El Consejo de Ministros aprobó la alianza integrada Juntos por menos desechos plásticos, que entre otros temas establece la vigilancia de los resultados de la ciencia, tecnología e innovación en las alternativas y manejo de desechos; la incorporación del tema en las Estrategias Ambientales Sectoriales y la evaluación de alternativas (materiales biodegradables) para la sustitución y eliminación de las bolsas de naylon, acotó.
«También propone emplear recipientes y vajillas biodegradables para alimentos y bebidas en las áreas protegidas de significación nacional; experiencias pilotos a nivel local para la separación en origen de plásticos de un solo uso, así como la aplicación gradual de la Responsabilidad Extendida al Productor.
«Esa nombrada responsabilidad versa sobre la máxima de que aquel que contamina es quien debe pagar, lo cual se traduce en que la responsabilidad de un productor se extiende a la fase de residuos del ciclo de vida de su producto. Por tal motivo, las industrias generadoras de plásticos en el mercado pagan una tasa que ampara el reciclaje, por ejemplo».
Finalmente, el experto insiste en que esta crisis mundial no debe dejar a un lado los microplásticos, es decir, a esas partículas de dimensiones muy pequeñas, resultado de la descomposición de los residuos plásticos por agentes naturales externos, que pueden encontrarse en cualquier lugar, incluso, en nuestros organismos.
Urge entonces, además del trazado y cumplimiento de acuerdos, planes y estrategias, elevar la educación de la población y cambiar patrones de consumo y manejo de desechos plásticos, que hoy afectan al medio ambiente, agregó el especialista.
«Con menos residuos de este tipo en nuestros océanos, inundando el planeta y dañando especies, hábitats y el clima, nuestra esperanza de vida sería mayor y nuestro futuro, por consiguiente, mejor».