En coherencia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la proyección del Organismo Internacional de Energía Atómica, Cuba desarrolla proyectos de este tipo para formular políticas basadas en la ciencia con mejor enfoque
Cada vez más en el mundo se reconoce la eficacia del empleo de las técnicas nucleares e isotópicas para enfrentar los desafíos que impone el cambio climático, en tanto permiten recopilar datos para determinar, vigilar y gestionar las fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero y comprender qué relación guardan con los cambios que suceden en la tierra, los océanos y toda la atmósfera, así como la formulación de políticas basadas en la ciencia con mejor enfoque.
Así expresó recientemente Najat Mokhtar, directora general adjunta del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), entidad que orienta sobre cómo preservar y rehabilitar el medio ambiente y cómo difundir investigaciones e información en apoyo de la formulación de políticas.
La también Jefa del Departamento de Ciencias y Aplicaciones Nucleares refirió que, además, este tipo de técnicas permite comprender los cambios ambientales que se dan en los océanos o las montañas y en sus ecosistemas, a la vez que contribuye a desarrollar métodos de adaptación ante la escasez de agua y de alimentos.
Cuba, país miembro de la OIEA desde 1957, es coherente con la necesidad de aplicar las técnicas nucleares e isotópicas, y entre los proyectos que desarrolla con ese fin está ISOVIDA, con sede en el Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos.
Para evaluar de manera fiable la contaminación ambiental y las acciones de adaptación y mitigación adoptadas para el enfrentamiento al cambio climático en Cuba, con la introducción, desarrollo y validación de tecnologías nucleares e isotópicas, ISOVIDA apuesta por fortalecer las capacidades de análisis en los centros que participan, establecer un Laboratorio Nacional de Radioecología Marina y producir datos confiables sobre las tendencias de la acidificación del océano, la temperatura y el aumento del nivel medio del mar y la evaluación de la vulnerabilidad de sitios pilotos.
Yusmila Helguera Pedraza, jefa del proyecto, ha comentado que entre las motivaciones de ISOVIDA se encuentra la estimación de la capacidad de
acumulación de carbono en ecosistemas marinos cubanos y la mejora de las evaluaciones de la contaminación ambiental por metales pesados, contaminantes orgánicos persistentes, hidrocarburos aromáticos policíclicos, plaguicidas y radioactividad artificial y natural modificada en el país.
El proyecto, aseveró, está en concordancia con lo planteado en el Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático en Cuba (Tarea Vida), y específicamente con las tareas que responden al cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 14: Conservación y uso sostenible de los océanos, los mares y los recursos marinos.
Participan, entre otras entidades, el Centro de Protección e Higiene de las Radiaciones, el Centro de Ingeniería Ambiental de Camagüey, el Centro de Aplicaciones Tecnológicas y Desarrollo Nuclear, la Agencia de Energía Nuclear y Tecnologías de Avanzadas, el Grupo de Atención al Medio, la Delegación Territorial Gaviota Centro y el Centro de Investigaciones Marinas.