Entre 1900 y 1919 aparecen los 15 volúmenes de Obras de Martí que, pese a la veneración de Gonzalo de Quesada por su maestro, violan el orden propuesto por aquel en carta fechada el 1ro. de abril de 1895
José Martí, en la carta del 1ro. de abril de 1895, que envía a Gonzalo de Quesada y Aróstegui, Secretario de la Delegación del Partido Revolucionario Cubano, le indica cómo proceder con sus pertenencias de la oficina de Nueva York: libros, cuadros y su papelería, además de cómo publicar sus escritos a fin de ayudar a la causa independentista cubana. Su intención no es hacer un testamento, es «venderlos para Cuba» como aclara al final de la misma: «De la venta de mis libros, [...], —Ud. la dispone con Benjamín Guerra, tesorero del Partido Revolucionario Cubano— hermano, sin salvar más que los libros sobre nuestra América, —de historia, letras o arte— que me serán base de pan inmediato, si he de volver». Martí no sabe qué le depara el futuro, y la muerte no es la opción que busca; quiere regresar, pero va a la guerra.
Lo más extenso de la carta está centrado en la organización de sus trabajos: no es casual que escriba precisamente a Gonzalo de Quesada, ni es por vanidad que aborde el tema. La carta evidencia anteriores conversaciones al respecto: «De mis libros no le he hablado», o sea, sí lo ha hecho de sus escritos, y señala en otro momento: «Si no vuelvo, —aquí la posibilidad de la muerte en la guerra— y Ud. insiste en poner juntos mis papeles, hágame los tomos como pensábamos», lo que demuestra que ya han comentado antes el tema.
Por su parte, dice Gonzalo de Quesada en las palabras introductorias al volumen IV, p.5 de sus Obras de Martí:
«En los días angustiosos de la víspera —en 1894— [...] más de una vez rogué al Maestro para que juntase su magna obra literaria antes de emprender la épica jornada. [...] una tarde triste del último invierno de su vida me entregó —con su sonrisa de Apóstol en los labios de inmortal elocuencia— unos recortes de La Nación de Buenos Aires, envueltos en un ejemplar de Patria, que con su letra fina y franca había rotulado: “Los Estados Unidos” y “Caracteres norteamericanos”, anotando en la cubierta los artículos que faltaban para completar cada uno de los volúmenes».
Martí propone una compilación temática que comenzara por los retratos de norteamericanos, de hispanoamericanos, escenas norteamericanas, libros sobre América, letras, educación y pintura, versos, artículos sobre arte europeo y literatura, y al final señala de lo que escribe sobre Cuba que no es casual que la deje para el final porque se encarga en aclarar: «ni una página me parece digno de ella: solo lo que vamos a hacer me parece digno». Martí desea publicar primero lo más «interesante», «acabado» de su extensa obra periodística, pensando en Cuba, de ahí que primero quiso publicar lo que más vendible fuera a fin de recaudar fondos para la independencia.
Cinco años después de su muerte aparece el primer volumen, con el título: Obras de Martí. Y explica Gonzalo de Quesada: «se publican estas páginas —a manera de guía para posteriores y más perdurables ediciones— como primera piedra al monumento que le ha de levantar mi admiración y mi gratitud». Es interesante reparar en el pronombre posesivo «mi», es la publicación y divulgación de las Obras martianas la ofrenda del discípulo al maestro, pero es una ofrenda muy polémica. Desde este primer tomo Gonzalo de Quesada se adjudica como labor de él la publicación de la papelería y de los textos impresos. Su compromiso con Martí consiste en la divulgación de aquella obra, y para esto la edita, no publica los manuscritos como tal. Gonzalo de Quesada se da a la tarea de corregir el estilo martiano, y suprimir o cambiar alguna que otra palabra, no obstante no puede refrenar el ímpetu de la escritura de Martí. Y el atrevimiento en la escritura, aunque refrenado, brota del texto.
Entre 1900 y 1919 aparecen los 15 volúmenes de Obras de Martí y pese a la veneración de Gonzalo de Quesada por su maestro comienza violando el orden propuesto. Los dos primeros tomos están dedicados a Cuba, y no a “Los Estados Unidos” y “Caracteres norteamericanos” como el Apóstol señala, pero no es arbitraria la selección, pues corre el año de 1900, época de la primera intervención norteamericana, y con los textos dedicados a Cuba se pone una nota de patriotismo en un entorno adverso.
José Francisco Rivero C.
Viernes 22 septiembre 2017 | 01:03:49 am.
Es de bien leer este trabajo que llama a l atencion de que forma y manera se prosedio con la publicacion de los textos, asi como de la papeliria de José Marti. Por un momento pienso cuanto ha costado hasta los dias de hoy, la intervencion de Quesada, tanto en sus criterios, como en las modificaciones de los escritos de Marti. Sobre todo en ese periodo de 1900 - 1915 tan importante y de delicada fragilida en la historia de Cuba. Es claro que volver al estudio y lectura de la obra de José Marti en el orden original de su escritura ayudara a muchos a comprender su pensamiento en su justa dimencion. Un saludo cordial, José Francisco Rivero C. Paris - Francia
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Andrés
Viernes 22 septiembre 2017 | 01:03:51 am.
Esto está muy interesante.
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Leopoldo de Quesada
Viernes 22 septiembre 2017 | 01:03:52 am.
Estimada periodista permítame expresar mi satisfacción por su articulo. ¿Testamento literario de José Martí? Gracias al mismo me he percatado de lo siguiente; cuando José Martí deja por escrito a Gonzalo de Quesada como publicar su obra realmente no lo hace con fines económicos lo hace con fines políticos pues la publicación pondría en actualidad artículos o escritos de un cubano que se encontraba en Cuba luchado por la independencia de su país. Conociendo Martí al monstruo y sus ambiciones es indudable que su preferencia era además de unir a los cubanos para la lucha por la independencia de Cuba, es atraer otras voluntades a este fin supremo. No deja los artículos de temas cubanos al final sino que los ordena por que llamado sobre sí el interés los lectores de Norteamérica apreciarían con mayor simpatía los temas de la patria del escritor. El Sr. Gonzalo de Quesada y Arostegui como otros cubanos que conocieron a Martí sabían como pensaba el Apóstol y cual seria su posible proceder en las circunstancias en que se encontraba la patria y por eso publica los temas cubanos en preferencia a otros temas. No le parece que publicar literatura de Martí sobre el país que intentaba esclavizarnos de preferencia a temas patrios traería confusión en algunos y duras criticas de otros en aquellos momentos aciagos. Tenga UD por cierto que su articulo sobre el Testamento literario de José Martí es de los que resulta profundizar no para quedarse en la entrada sino para llegar sus entrañas. Leopoldo de Quesada.
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Eduardo Espinosa Saenz
Viernes 22 septiembre 2017 | 01:08:37 am.
Muy buen articulo. Conocer de esas detalles que dibujan a José Martí como el hombre que dio todo, absolutamente todo por su patria y la libertad de sus hermanos. Por eso mismo todos los latinoamericanos deberiamos estudiar a José Martí, para revalorar nuestra patria grande, hoy saqueada por hachas y traidores. De mi parte disfruto enormemente con sus escritos y su poesía, desde sus versos sencillos - enormes , diría yo- hasta los dedicados a Ismaelillo. Soy músico y trabajo con niños, hemos formado un ensamble de música de cámara en mi pueblo y lo hemos bautizado con el nombre del padre de la patria cubana: nuestro ensamble se llama, José martí.
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