La vuelta del espacio al centro del debate científico
El regreso a la Tierra de la nave Orión, parte de la gran operación espacial Artemis, ha traído al espacio de regreso al centro del debate científico. La razón no es solo que la nave haya retornado con éxito de orbitar la Luna, sino porque con su logro ratifica que tendremos una década de operaciones espaciales asombrosas por venir.
Entendamos un poco más de cerca de qué se trata la operación Artemis, y por qué el amerizaje del pasado domingo da luz verde a la mayor hazaña espacial de este siglo.
La cápsula Orión regresó tras una travesía no tripulada de 26 días alrededor de la Luna, para demostrar que puede soportar el trayecto, antes de que se intente con astronautas, próximamente.
Su hazaña es la punta de lanza de toda la misión Artemis I, que es sucesora histórica del Apolo 17, que hace 50 años llevó a los humanos a nuestro satélite natural.
Ahora, Orión acaba de probar que sobre todo su escudo térmico es suficientemente potente para hacer lo mismo, de modo seguro, con tripulantes.
Normalmente, los vehículos que regresan de distancias lunares lo hacen a unos 40 000 kilómetros por hora en el contacto inicial con la atmósfera.
Para ello, se requiere un escudo térmico robusto para evitar que la nave se desgarre a medida que empuja contra el aire, y las temperaturas alcanzan cerca de 3 000 grados centígrados.
La capa protectora en la parte inferior de Orión es un nuevo diseño de una nave anterior, y era necesario asegurarse de que fuera efectiva antes de arriesgar la vida de los astronautas en futuras misiones.
El hecho de que este domingo los 11 paracaídas de la cápsula se abrieran e inflaran en secuencia y sin problemas fue una clara indicación de que el escudo térmico había hecho su trabajo, aunque ahora mismo, como indica el protocolo de la NASA, los ingenieros inspeccionan la nave más de cerca para tomar evidencias exactas de lo sucedido.
Artemis es un programa espacial internacional que busca volver a pisar la Luna. Según su eslogan, busca llevar allí a «la primera mujer y el próximo hombre», establecer una presencia sostenible en la superficie y la órbita lunar y sentar las bases de una economía lunar.
La misión, liderada por la NASA, cuenta con el apoyo de media docena de agencias espaciales (entre ellas la europea y la mexicana) y un gran número de empresas privadas.
Oficialmente, según detalla el portal Xataka, se considera la etapa previa del programa espacial de la NASA para poner a un hombre en Marte a lo largo de la década de 2030.
Denominada por la NASA como La Canica Azul, esta foto tomada por el equipo del Apolo 17 es uno de los pocos registros gráficos que muestran la Tierra completamente iluminada. Foto:NASA
En general, Artemis es un colosal proyecto de despliegue de infraestructura en el espacio que abarcaría toda la siguiente década. Durante este tiempo, Artemis desarrollará y pondrá en órbita (o en la superficie de la Luna) todo tipo de rovers, módulos de aterrizaje robóticos, satélites, estaciones espaciales e infraestructuras básicas de la base lunar.
También se llevarán los primeros equipos para comenzar a explotar los recursos propios del satélite. El revuelo mediático que ha provocado este primer paso, con el regreso de Orión, se debe a que Artemis es el proyecto más sólido para la llamada «colonización efectiva» de la Luna.
El programa general Artemis se articula en torno a una serie de misiones principales (llamadas
misiones SLS, por el Space
Launch System, el primer cohete lunar diseñado para misiones tripuladas que ha puesto la NASA en pie desde el Saturno V).
Para la consecución de estas misiones se necesita una serie de misiones logísticas y de apoyo que pongan en su lugar módulos de aterrizaje robóticos, la Lunar Gataway o las infraestructuras básicas de la base lunar.
Junto a la NASA, trabajan en este proyecto la Agencia Espacial Europea, la cual proporciona el módulo de servicio y propulsión que había empujado expertamente a Orión hacia, alrededor y de regreso de la Luna.
Es esta agencia la encargada de suministrar más módulos de servicio para futuras misiones de Orión, como medio para asegurar asientos para sus propios astronautas junto a los estadounidenses.
El modelo de propulsión para la próxima misión de Artemis, la primera en llevar una tripulación, ya se entregó a la NASA, según precisó esa agencia.
Un tercer vehículo, el que se utilizará en Artemis III para la misión de aterrizaje lunar, se encuentra en una etapa avanzada de ensamblaje en Alemania.
Otro de los retos por cumplir es el desarrollo de un sistema de aterrizaje, desafío que está en manos del empresario Elon Musk.
La última vez que los humanos pisaron la Luna fue el 11 de diciembre de 1972, a las 19:54 GMT, cuando la tripulación del Apolo 17 de Gene Cernan y Harrison Schmitt pasó poco más de tres días en la superficie lunar antes de regresar a la Tierra.
Luego de realizar estudios geológicos, recuperando muestras de materiales y características de la superficie, implementando y activando experimentos de superficie y tareas fotográficas durante la órbita lunar y la costa transterrestre; los astronautas de la NASA regresaron a la Tierra el 14 de diciembre de 1972.
La misión Apolo 17 también permitió capturar una de las imágenes más reproducidas en la historia de la Humanidad.
La imagen fue tomada con una cámara Hasselblad el 7 de diciembre de 1972 desde la nave Apolo 17, a una distancia de unos 29 000 kilómetros (18 000 millas terrestres) de la Tierra.
Desde entonces ningún humano ha estado tan lejos de la Tierra, por lo que todos los registros posteriores corresponden al trabajo de los satélites. Esta es la alta bandera que Artemis I pretende, y esperemos que logre, alcanzar en los años venideros.