El resultado será siempre encantador y podrás exhibirlo con orgullo en cualquier rinconcito de casa
Un terrario no es nada más que un pequeño jardín que se cultiva dentro de un recipiente. En otras oportunidades hemos abordado el tema en Así de Fácil, pero hoy vamos a explorar la técnica en el reducido perímetro de una copa. Primeramente deberás escoger algunas plantas que tengan características similares para que puedan crecer bien juntas. Las plantas que escojas no deben crecer mucho y deben tolerar altas temperaturas y niveles de humedad. Generalmente se usan los helechos, el musgo y los cactus. Además de la tierra, necesitarás gravilla y musgo. Este último, colocado en el fondo del recipiente, funcionará como una esponja que absorberá el exceso de agua. Las piedras o gravillas (aproximadamente de 0,5 centímetros), colocadas en la parte de abajo, ayudarán con el drenaje. Para decorar tu terrario puedes utilizar conchas, pequeñas rocas o elementos empleados en peceras. El resultado será siempre encantador y, por su maravillosa ventaja de ser transportables, podrás exhibirlo con orgullo en cualquier rinconcito de tu hogar. No olvides regresar cada semana, te adelanto que Así de Fácil, este verano promete.
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