Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Cada cual según su edad, en el correcto lugar

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

La niña recorrió el teatro durante la función. Corrió por los pasillos, se sentaba en las butacas vacías de distintas filas y salía nuevamente a correr, saltaba las piernas de los espectadores de las primeras filas de cada sección y rara vez detuvo su mirada en el escenario. Tendría alrededor de cinco años y el espectáculo no era para el público infantil.

No pocos se preguntaron en voz alta dónde estaría la persona adulta que la llevó allí y que luego no se ocupó de que no molestara a los demás. Algunos le sonreían porque, en definitiva, «es una niña y quizá no había quien la cuidara en casa mientras otros disfrutaban la función». Pero lo cierto es que no era el lugar idóneo para ella y otros pagaron el precio.

Exhorto a valorar cada oportunidad de esparcimiento que disfrutaremos, tomando en cuenta si es apta para menores. Si bien es verdad que los padres necesitan pasear y en ocasiones no existe un «relevo» para hacerse cargo de ellos, también es innegable que puede ser torturante para ellos mismos esa situación.

¿Cuántas veces no hemos escuchado el llanto de un bebé en plena tanda en el cine o en medio de una obra teatral? ¿Quién no ha visto el «show» de un
pequeño al suplicar que lo saquen de un lugar porque no quiere estar en él? Le exigen que se calme, que se quede quieto en el asiento en el mejor de los casos o le dan un teléfono celular para que se entretenga… ¿De quién es la responsabilidad?

Insisto. Evaluemos el mejor lugar para compartir con nuestros hijos, nietos y sobrinos tanto como el horario ideal para que disfruten propuestas audiovisuales concebidas para ellos en la programación televisiva, tema que bastante polémica ha generado siempre cuando los públicos critican ciertas escenas en las telenovelas, conscientes de que presenciarlas no es lo recomendable para niños y niñas.

Afortunadamente, existe una variada programación infantil destinada a satisfacer las demandas de los pequeños. ¿Insuficiente? Es posible, sobre todo porque no es La Habana o las ciudades cabeceras de cada provincia el único referente que podemos tomar para medirlo, pero de que hay, hay. Cada gobierno en los diferentes niveles debe velar porque existan y se mantengan, y apoyar nuevos proyectos.

La familia entonces es la encargada de seleccionar hora y lugar para que sus pequeños reciban la «dosis cultural» que llevan. No los expongamos demasiado temprano a lo que no les corresponde aún. Cada cual según su edad, al correcto lugar.

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