Ya sea por resultar una víctima, ser testigo ocular o por conocer del suceso, siempre un accidente de tránsito sobrecoge, enmudece, preocupa… En la carretera nadie está exento de sufrir una lesión e incluso la muerte, si las cosas se salen de control.
Lo dicen las cifras. De acuerdo con el Anuario Estadístico de Salud 2021, la mortalidad por accidentes, entre estos los ocurridos en las vías, está entre las primeras cinco causas de muerte en Cuba. Se incluye entre padecimientos de alta letalidad, como las enfermedades del corazón y las cerebrovasculares, tumores malignos, influenza y neumonía.
La provincia de Sancti Spíritus no escapa a esa tendencia. Recientemente se hicieron públicas algunas estadísticas: durante los primeros meses de este año han tenido lugar 150 accidentes, 24 más que en igual período en 2021; 115 lesionados —también con un ligero aumento —y diez fallecidos en colisiones de vehículos en marcha y vuelcos.
Continúa en este territorio la coincidencia de ser la zona rural donde más accidentes de tránsito ocurren, y se reitera que suceden en rectas de carreteras e intersecciones, a pesar de ser vías calificadas, en su mayoría, en buen estado técnico y señalizadas según las normas.
Sancti Spíritus y Cabaiguán son los municipios de mayor incidencia, y los horarios de la noche y la tarde, principalmente domingos, miércoles y sábados, resultan los más conflictivos.
Y aunque cada siniestro tiene su propia historia, ya casi ninguno obedece a la casualidad. De acuerdo con las estadísticas espirituanas, el factor humano es el máximo responsable, ya que entre las principales causas se identifican las distracciones de quienes van al volante: conversaciones por celular y audífonos con música estridente impiden prestar toda la atención que exige la carretera.
El irrespeto al derecho de vía también se reconoce entre las causales. No transitamos por una selva, donde el más veloz y voluminoso tiene prioridad. Cumplir con lo estipulado en la Ley de Tránsito desde el respeto otorga una mayor seguridad a nuestro paso por las vías públicas.
Lo mismo ocurre con quienes pierden la noción de los límites de velocidad, factor que ha determinado gran parte de los sucesos.
Realidades espirituanas que no son ajenas para la Dirección Provincial de Tránsito. Por ello quienes laboran en la Unidad Provincial de vigilancia y patrullaje protagonizan múltiples acciones de prevención y enfrentamiento de conjunto con la motorizada de Tránsito. Según se hizo público, ya se contabilizan más de 13 000 notificaciones, principalmente en los tramos de mayor peligrosidad de las carreteras e intersecciones de los perímetros urbanos; y se ha detectado una cifra superior a 1 500 conductores que manejaban sin poseer licencia de conducción; además se han suspendido 458 licencias de conducir.
Sin embargo, urge reforzar las acciones de control, ya que no pasan inadvertidos quienes transitan en evidente estado de embriaguez y hacen suyas las calles de las urbes como si fueran potreros de Don Pío.
También se precisa ejercer un mayor control entre quienes manejan motorinas y bicicletas eléctricas —especie de tabla salvadora para la transportación en tiempos tan complejos como los actuales—, conducidas mayormente por jóvenes, inexpertos en la carretera, quienes casi siempre se llevan la peor parte en un accidente de tránsito.
Se acerca la etapa estival y con esta un mayor flujo de personas en nuestras vías. Por tanto, el llamado es a ser mucho más conscientes a la hora de transitar, velar por el estado técnico de los vehículos y arreciar las medidas de prevención y enfrentamiento.
Dejar la vida a la suerte jamás debe ser una posibilidad. Como tampoco puede ser que un descuido se convierta en el pretexto de un accidente, del que nadie está exento de ser víctima.
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