En medio del desasosiego por la llegada de la COVID-19 a Cuba y de la incertidumbre por lo que sucedería, apareció una especie de oasis informativo de orientación y solidaridad.
En la red social Facebook creció como bola de fuego Te aviso. Aquí hay… un «grupo cerrado. Solo he incluido amigos que residen en Sancti Spíritus. Espero que de algún modo, mediante su uso, podamos ayudarnos a encontrar y quién sabe, a comprar determinados productos que puedan escasear. Con probar, nada perdemos. ¿No les parece?», se permite leer desde hace casi un año en los detalles de esa plataforma virtual.
Comenzaron entonces las publicaciones a modo de facilitación social para alertar sobre sitios específicos a donde llegaban las mercancías, como mediadoras eficaces para evitar que las personas deambularan por las calles en busca de productos. Estar el mayor tiempo posible en casa —desde marzo de 2020 el mejor método de vida— ha sido el consejo más reiterado del grupo.
Junto a aquellos primeros avisos con fotos de lo que se expendía y, en ocasiones, hasta de la cantidad de personas en cola, poco a poco se sumaron mensajes de aliento para quienes le veían de cerca el rostro al SARS-CoV-2, les urgía un medicamento o sencillamente mensajes con reflexiones sanadoras para tanto estrés pandémico.
Un flujo comunicativo que desde el primer día tiene sus reglas para respetar y sostener su idea génesis de no incluir ofensas, expresiones violentas o criterios que rocen temas que puedan provocar divisiones por pensar de una u otra manera. En Te aviso. Aquí hay, se aboga por causas comunes, hermandad, solidaridad…
De ahí que en más de una ocasión algún recién llegado con desesperación o intereses ajenos a la cofradía que se transpira en este espacio ha tropezado de frente con recordatorios como «toda publicación en la que se pida algún medicamento y se diga: lo compro, lo pago… etcétera, será borrada al instante».
Hacer el bien, sin esperar nada a cambio, motiva a gran parte de la membresía, que ya suma más de 8 800 integrantes. Una máxima que ha sido confirmada con las muestras públicas de agradecimiento a quienes de forma anónima y desinteresada han llevado hasta la cama de un abuelo la medicina ausente en farmacias; contribuido a la alegría de un niño tras volver a abrazar al perrito que había perdido; o de la muchacha residente desde pequeña fuera de esta Isla y quien al compartir una foto y sus apellidos en la red localizó a su familia paterna en predios espirituanos…
Historias de personas que han podido mirarse a los ojos, tras meses de comunicarse solo detrás de una foto de perfil y la sugerencia para ver una película o resumir las buenas lecciones de una propuesta audiovisual, forman parte de este año pandémico en Te aviso.
También está la inmediatez de la publicación de los partes del Ministerio de Salud. Aún el doctor Durán no ha terminado de dar las cifras y una notificación alerta que en ese escenario virtual ya se registraron. Con la misma rapidez se comparten las informaciones de la Dirección Provincial de Salud. Son tan esperadas por los integrantes del grupo que hasta se reclama en mensajes cuando la radio provincial no se hace vocera.
Y es que como soporte comunicativo de determinada comunidad, en la que todos publican y consumen información, pocos hechos, desde hace casi un año, se le han escapado al grupo. Hasta la trayectoria de la tormenta tropical Eta dejó su huella en este escenario virtual.
Un fenómeno que nació del ingenio de un espirituano que pensó en cómo ayudar a los otros desde la distancia de un clic. Mas, a la vuelta de un año, quizá aún le sorprenda cómo aquella primera idea resulta bálsamo para sortear las secuelas de una pandemia que ha trastocado a todo el orbe, porque muestra en cada correo y comentario que hay mucha fe, humanidad, solidaridad y sentido común... los pilares que sostienen el día a día de quienes se encuentran en Te aviso…
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