Por estos días, el homenaje a los maestros se ha hecho sentir en cada centro escolar. El reconocimiento, que es ya una tradición para los cubanos, cobra hoy especial dimensión porque, como cada 22 de diciembre, este domingo, es el Día del Educador en nuestro archipiélago; y, además, recuerda la épica Campaña de Alfabetización que hace 58 años declaró a Cuba territorio libre de analfabetismo.
Sin embargo, en algunas ocasiones, la familia cubana no se siente conforme con la calidad de la enseñanza que reciben sus hijos, marcada fundamentalmente por un déficit de docentes que se ha ido arrastrando de año en año, sin embargo, ni el Estado ni el Gobierno se han dado por vencidos.
El actual curso escolar comenzó con una buena noticia: la cobertura docente es de un 95 por ciento, lo cual auguraba una calidad superior del proceso docente-educativo. Para cubrir el porciento restante se utilizaron alternativas, como son contratos por hora, el apoyo de estudiantes universitarios o el incremento de la carga docente de los profesores en ejercicio con el pago a través de la Resolución 249 de 2016. Sin embargo, ese porciento no es una cifra despreciable, pues se trata de más de 14 500 maestros y, además, tampoco esas medidas son la solución que se espera, aunque permiten que ningún aula quede sin maestro.
El incremento salarial fue artífice indiscutible de una buena parte de ese logro. Más de 9 000 maestros decidieron no abandonar las aulas o reincorporarse a las más de 10 000 instituciones educativas a las que concurren 1 700 000 estudiantes.
Según datos ofrecidos por el Ministerio de Educación, de 4 479 docentes que solicitaron baja al término del anterior curso escolar, 2 500 retiraron esa intención. Además, de los 1 047 maestros que habían presentado su jubilación, el 56,3 por ciento aplazó esa decisión. Por otra parte, miles de docentes que en algún momento habían causado baja pidieron reincorporarse, con los cuales se realizó un proceso de selección para conocer si están aptos para regresar a los centros escolares.
Pero, si bien es importante que el sistema nacional de enseñanza haya recuperado una buena parte de ese personal ya formado y con experiencia, es imprescindible continuar la formación y también la superación, tarea difícil pues no son muchos los jóvenes decididos a dedicarse al magisterio.
En este período lectivo se incorporaron a las aulas 5 813 graduados de las escuelas pedagógicas de nivel medio superior y de las universidades como licenciados en Educación. Además, 3 810 alumnos de último año de las carreras universitarias pedagógicas están a tiempo completo en las escuelas, ocupando una plaza en la cual continuarán una vez graduados en julio del próximo año.
El país cuenta con 29 escuelas pedagógicas de nivel medio superior. De las seis graduaciones realizadas hasta julio último han egresado más de 25 000 y la matrícula actual supera los 28 000 estudiantes. En esos centros se forman en cuatro años y con nivel medio superior maestros para los niveles de prescolar, primaria, especial e idioma inglés para la enseñanza primaria; así como en algunos territorios para determinadas asignaturas de secundaria básica. Luego, a través del curso por encuentro y sin realizar pruebas de ingreso, pueden acceder a la universidad.
En el caso de las carreras pedagógicas universitarias fueron otorgadas 4 700 plazas. Ellos se formarán como licenciados en Educación en un plazo de cuatro años. También 1 122 jóvenes están matriculados en los programas de ciclo corto, quienes se graduarán en un término de dos años. Otra iniciativa con muy buenos resultados para la incorporación de estudiantes a las carreras pedagógicas son los Colegios Universitarios, donde los jóvenes realizan su bachillerato y tienen preotorgada la continuidad de estudios para cursar la licenciatura en Educación.
Mirada aparte merece la enseñanza técnica profesional pues en la mayoría de las universidades las ocho carreras pedagógicas específicas para ese nivel de enseñanza: Informática, Economía, Construcción Civil, Agropecuaria, Mecanización, Mecánica, Eléctrica y Química Industrial, no cuentan con ningún estudiante o tienen matrículas muy deprimidas. En ese sentido, el Mined realiza un trabajo para lograr que algunos de los estudiantes que se gradúan de esas especialidades en los institutos politécnicos asuman la docencia, así como también vincular de manera más estrecha a los organismos empleadores.
Sin embargo, de nada servirán todos estos esfuerzos si los maestros no continúan en su puesto. No solo el aumento salarial, sino otras atenciones requieren para sentirse estimulados, para lo cual cuenta mucho lo que puedan aportar los alumnos y sus familiares, pues no hay dudas de que sin el maestro preparado, no habrá una escuela eficiente y la calidad a la que se aspira.