¿Para qué sirve la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)? Muy sencilla es la respuesta: para bombardear países, derrocar Gobiernos e imponer la voluntad de un grupo de naciones capitalistas.
Por supuesto que, hasta ahora, no ha servido para lo que supuestamente se formó. Esta alianza militar fue fundada en abril de 1949 con el firme propósito de hacer una defensa mutua de los países que la componían en caso de una invasión extranjera. Claro que, sin mencionarlo, la invasión extranjera era una invasión de la antigua Unión Soviética.
Es decir, que se formó para detener a los soviéticos. Si hace más de 20 años que esa unión de repúblicas no existe, ¿por qué sigue existiendo la famosa alianza? Ya no hay amenazas supuestas o reales de una invasión a Europa por parte de ningún país del mundo. A no ser que se esté esperando una invasión de los extraterrestres, ese peligro ya no existe. Si la OTAN aún se mantiene, es de sospechar que la verdadera razón para la creación de esa organización no fue de carácter defensivo —como originalmente se proclamó—, sino ofensivo.
Hasta ahora, la OTAN no ha tenido que defender a ninguno de sus socios de agresiones extranjeras, pero sí ha atacado a unos cuantos países, tanto en Europa como fuera de sus fronteras. Empezando por Yugoslavia, en 1999, y luego contra Bosnia y Kosovo en el mismo corazón del continente europeo, los cuales fueron bombardeados indiscriminadamente por fuerzas pertenecientes a ese Tratado, y siguiendo con Afganistán, Iraq y Libia, donde las bombas procedentes de los arsenales de esa alianza dejaron centenares de miles de víctimas.
Los países que componen la OTAN han creado un monstruo militar que gasta el 70 por ciento de todos los presupuestos para la defensa del mundo. No hay potencia en el globo terráqueo que le pueda hacer frente militarmente, y como desconocemos las fuerzas militares que puedan poseer otras civilizaciones que deben de existir a través del Universo, no sabemos si existe algo similar en lo que a poderío militar se refiere.
Según declaró su primer secretario general, Lord Ismay, la Alianza se hizo para mantener «a los soviéticos afuera, a los norteamericanos adentro y a los alemanes abajo». Bueno, definitivamente, cumplieron sus objetivos y los sobrepasaron. Los soviéticos desaparecieron, los norteamericanos llevan la voz cantante y los alemanes están muy contentos con la existencia de la OTAN.
Los únicos que sí no están nada felices con la existencia de esa organización son los rusos y, por supuesto, con toda la razón del mundo. Este gigante militar ha ido extendiendo sus fronteras hasta llevarlas al borde mismo de Rusia y no hay país que pueda sentirse cómodo con esa fuerza militar justo en sus límites territoriales. Las demostraciones de fuerza y el expansionismo que esta alianza militar ha desarrollado desde la disolución del Pacto de Varsovia a la fecha han servido como para llenar de preocupación a Moscú.
Claro que el poderío militar de este país es también lo suficientemente fuerte como para hacer pensar dos veces a los miembros de la OTAN antes de lanzarse en alguna peligrosa aventura. Además, históricamente, Europa tiene una vasta experiencia de fracasos bélicos en Rusia. Más de una vez sus fuerzas militares han tenido que regresar derrotadas, desmoralizadas y humilladas a sus respectivos países. Los ejemplos son ampliamente conocidos.
Dejando la opción militar a un lado, no le está yendo muy bien a los europeos con las sanciones que están aplicando a Rusia por motivo del conflicto ucraniano. Se están cogiendo los dedos con la puerta con las medidas que hasta ahora han tomado.
Europa depende más de Rusia que esta de Europa. Si Rusia cierra su espacio aéreo a los países que componen la OTAN, si le corta definitivamente el suministro de gas y si cierra parcial o totalmente su comercio con esa región, la crisis económica y social que ha estado viviendo Europa en los últimos años aumentará considerablemente.
En meses recientes se ha estado especulando sobre una eventual respuesta militar a Rusia por parte de la OTAN debido a la incorporación de Crimea a su territorio y las revueltas de los pro rusos en el este de Ucrania. Esperemos que sean solo especulaciones: si Rusia es atacada militarmente, su respuesta sería terrible. Estoy convencido que aquel país no se va a quedar con los brazos cruzados ante cualquiera agresión, venga de donde venga. Hay que tener en cuenta que los arsenales nucleares que poseía la Unión Soviética están allí, y a buen resguardo.
*Periodista cubano radicado en Miami