Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

En sincera y comprometida unión

Autor:

Juventud Rebelde
«Jamás fue tanta nuestra virtud, tan compacta nuestra acción, tan cercano nuestro esfuerzo, tan probable nuestro éxito. Cuántos obstáculos hubiéramos podido encontrar, hasta los obstáculos insuperables que a la mayor virtud pone siempre la ambición o vanidad de la naturaleza humana, nada han podido, ni han aparecido siquiera, ante esta alma de redención que hoy nos consume y nos inspira. Somos un ejército de luz, y nada prevalecerá contra nosotros».

                                                                                                                                                                                                                 José Martí

Querido Raúl,

Hombres y mujeres de la generación del Centenario,

Compañeros y compañeras:

Esta noche, miles de jóvenes de ayer, de hoy y siempre acudimos ante este ineludible lugar de nuestras luchas, convocados por la mística del nacimiento del Apóstol de nuestras verdades y aspiraciones libertarias, quien resume él mismo universalidad y patria, ímpetu y razón.

Y asistimos no con silenciosa presencia, sino con el júbilo palpitante del crepitar del fuego de las antorchas que resplandecerán en esta noche con la misma intensidad con que un Martí, vigoroso y siempre vivo, nos inspira y guía en el equilibrio aún vacilante de un mundo cada vez más caótico y desigual.

Es por esa fuerza virtuosa que emana de sus ideas, que nos hemos dispuesto a reeditar con entusiasmo esta marcha. 55 años atrás, un grupo de jóvenes, arropados en las ideas de aquel que se ciñó la estrella que ilumina y mata, se lanzaron con arrojo a rescatar su pensamiento de la afrenta y del derecho pisoteado, y lo salvaron de la desmemoria en las jornadas de sus primeros cien años de eterna vigencia.

En la Marcha de hoy está presente esa generación, intrépida y fiel heredera de las elevadas tradiciones de lucha forjadas en la manigua, en el rechazo a la intervención norteamericana, en la lucha abierta contra Machado; fue esa generación la que cuando la dictadura abyecta de Batista ensombrecía la primera centuria del natalicio de Martí, en gesto patriótico y viril, inició, para ser libres o mártires, la lucha con las banderas inconclusas de Baraguá y el 95, y que en 1959, multiplicada por jóvenes de todas las clases y colores, sepultó el régimen de oprobio y explotación que se entronizó bajo la tutela yanqui.

Esa histórica generación representada hoy aquí por fieles, dignos y eternos jóvenes rebeldes, protagonistas de la primera marcha, se funden en dialéctica, sincera y comprometida unión a las nuevas hornadas de cubanos que venimos a testimoniarle al Maestro la vida y la hidalguía imperecedera de su ejemplo.

La marcha de las antorchas de este 27 de enero de 2008, para los jóvenes cubanos que ante los enormes desafíos que nos acechan hemos puesto el sentimiento y conocimiento de la historia en el centro de nuestro quehacer, está arraigada a las más puras tradiciones de lucha. hacerla es, a la vez, una muestra del apego y compromiso de las nuevas generaciones de cubanos con el legado martiano, y suscita elevados sentimientos a quienes nos sabemos parte de esta experiencia patriótica sin par en el mundo.

Hacerla con las antorchas en alto, es una contundente prueba de la unidad y el respaldo de los jóvenes al Socialismo, y al mismo tiempo es expresión de la decisión de sacrificarlo todo por ello, por no ver sucumbir jamás las ideas de la Revolución, de Fidel y de Raúl, quienes a la vanguardia de la inmortal peregrinación de 1953, fueron al Moncada a hacer verdades sus sueños.

marchamos con Fidel, siempre presente, hijo genuino de las ideas del Apóstol de nuestra Independencia, quien ante la cruel injusticia de la dictadura, proclamó: «Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, que su memoria se extinguiría para siempre, ¡tanta era la afrenta! Pero vive, no ha muerto, su pueblo es fiel a su recuerdo; hay cubanos que han caído defendiendo sus doctrinas, hay jóvenes que en magnífico desagravio vinieron a morir junto a su tumba, a darle su sangre y su vida para que él siga viviendo en el alma de la patria. ¡Cuba, qué sería de ti si hubieras dejado morir a tu Apóstol!»

Jóvenes cubanos:

Si sentimos al igual que Céspedes que la hora es solemne y decisiva; si compartimos esta libertad de estar estrechamente atados a la dulce entraña del pueblo; si sentimos que esta Revolución martiana y socialista, la Revolución de todos, la que nos dio derechos a los campesinos y los obreros, luz a los iletrados, salud a los enfermos, igualdad para blancos y negros y dignidad a todos los cubanos; si reconoces que esta lucha, la de los jóvenes del centenario, la lucha de Fidel, la lucha de Raúl, la lucha del Partido es también tu lucha:

Te convocamos a nombre del mambí desconocido, del rebelde heroico, del revolucionario innombrable y del futuro necesariamente triunfante, a marchar con el fuego en lo alto de nuestras cabezas por estas calles que vieron morir y triunfar a sus mejores hijos, para recordar al Maestro tal como está, según él mismo dijo:

Donde, en silencio divino/ los héroes, de pie, reposan:/ ¡De noche, a la luz del alma!

*Intervención realizada por el Presidente de la FEU en la apertura de la Marcha de las Antorchas.

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